Una treintena de afiliados y dirigentes de UPyD, entre ellos uno de los fundadores Mikel Buesa, formalizaron ayer su baja oficial del partido debido a la que consideran una forma de actuar "discrecional y autoritaria" de Rosa Díez. Esas bajas se concretaron después de que Buesa anunciara días atrás su salida del partido y de que se abriera expediente a 14 dirigentes por intentar crear una estructura paralela después de que manifestaran sus opiniones críticas con la ejecutiva en una página web creada con esta finalidad.

En un comunicado escrito por los miembros que han decidido dimitir, encabezados por Mikel Buesa, se afirma que la crisis interna que atraviesa UPyD se debe a la "diferente vara de medir" que utiliza el partido en su "procedimiento disciplinario", ya que "no da respuesta" a las sucesivas denuncias contra la actuación "arbitraria, sectaria y autoritaria" de Ramón Marcos Allo, coordinador en Madrid.

Del mismo modo, consideran que "las dimisiones en bloque" son "un claro ejemplo" de la situación por la que atraviesa la formación, y aventuran que esta situación "no ha hecho más que empezar", debido a que estas críticas se extienden a "todo el colectivo nacional".

Sin embargo, aseguran que sus bajas "no pretenden romper el partido" sino "ser coherentes" y "defender" los principios del Manifiesto Fundacional, el cual, a su juicio, está siendo anulado porque la cúpula de UPyD "da el papel primero" al "personalismo" y después "se lo da al ciudadano".

Por último, recuerdan que antes de tomar esta decisión habían agotado "todas las vías oficiales habilitadas" en la organización. "Entregamos en mano a Rosa Díez en el Congreso de los Diputados una carpeta que contenía una carta firmada de 50 afiliados, testimonios de denuncia de vulneración de derechos de varios militantes y pruebas documentales en contra del actual coordinador de Madrid, causante directo de estas dimisiones", concluye el comunicado.