Andalucía crece pero no lo suficiente como para alcanzar al resto de Europa. La región fue, junto con Murcia, la que más avanzó entre 2000-2007, según el Balance regional 2007 elaborado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), pero, paradójicamente, también fue la que menor índice de convergencia presentó con la UE, con un 79,23% en 2007, a pesar del crecimiento del 8,32% registrado desde 2000.

Seis provincias andaluzas, Granada, Jaén, Cádiz, Córdoba, Sevilla y Málaga, además de Alicante, Badajoz, Albacete y Toledo fueron las que menos convergieron, mientras que las tres provincias vascas, Madrid, Navarra, Tarragona, Gerona, Burgos, Valladolid y Zaragoza registraron los índices más altos.

En términos laborales, el estudio también apuntó que siete provincias andaluzas -todas menos Málaga- estuvieron entre las diez de mayor tasa de paro en 2007. No obstante, Almería se coló en el top ten de las de mayor tasa de actividad, mientras que Jaén estuvo en el lado opuesto.

La provincia almeriense, asimismo, fue la segunda de España en crecimiento de empleo entre 2000 y 2007, con un aumento del 25,65%, y Málaga, Granada y Huelva la acompañaron en el club de las diez con mayor repunte.

En el capítulo del PIB, los datos de Funcas revelan un comportamiento muy desigual entre zonas influenciado, en parte, por la inmigración extranjera, que hace que existan comunidades retrasadas que han crecido más que las avanzadas. Así, cinco autonomías sobrepasaron el desarrollo medio español, Madrid, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, mientras que Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y Andalucía presentan unos niveles de desarrollo por habitante de en torno el 80%.

Por provincias, Zaragoza y Pontevedra registraron un alza superior al 4% en 2007, seguidas de 31 provincias que superaron al menos el 3,5%, entre las que se encontró Málaga (3,86%). Las dos provincias canarias fueron las que experimentaron los menores incrementos del PIB, con tasas por debajo del 3%, en un ranking donde también figuran Córdoba y Jaén.

Madrid, País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña fueron las comunidades que sobrepasaron significativamente el desarrollo medio español en ese periodo. Mientras que Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y Andalucía registraron los menores desarrollos.

Finalmente, y respecto al consumo privado, las regiones más consumidoras en relación a su renta interior bruta fueron Andalucía, Asturias y Castilla-La Mancha, frente a Baleares, Madrid y Cataluña.

La renta agraria se va a situar en 2008 en 23.224 millones de euros, lo que supone una caída del 3,4% respecto al ejercicio precedente como consecuencia de la negativa evolución de los costes de producción, entre otros factores, con un incremento medio respecto al año anterior del 20%. Así lo indicó ayer el subsecretario de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Santiago Menéndez de Luarca, durante la presentación de la primera estimación de las principales cifras económicas del sector agrario español en el año 2008. Asimismo, dicha renta agraria por Unidad de Trabajo Anual (UTA) se estima que ha disminuido el 0,4% en términos corrientes, mientras que en el año 2007 se incrementó en un 10,4% respecto al año anterior. La UTA es la renta derivada el trabajo efectuado por una persona dedicada a tiempo completo, durante un año, a la actividad agraria.

COAG, que presentó ayer su balance del año agrario, ha anunciado ya movilizaciones en Andalucía y en el resto del país, que empezarán por las comarcas y seguirán en el ámbito regional, hasta acabar en Madrid, según informó el secretario de organización de COAG-Andalucía, Eduardo López. Esta organización pretende implicar en las movilizaciones a colectivos como las cooperativas, los regantes y las sociedades de vecinos, y, sobre todo, "movilizar a todo el medio rural" con el objetivo de que "siga vivo".

López ha denunciado la "protección a la banca", que según él ha recibido mucho dinero público sin ninguna contrapartida, mientras que a la "agricultura se le niega la protección". En el balance del año, COAG ha resaltado, además de la caída de la renta, el aumento del empleo en 2.300 personas entre enero y noviembre de este año hasta 453.703 trabajadores, debido al refugio que supone el campo por el parón de la construcción.