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Un desastre sobre el hielo de Soria (5-0)

  • El Córdoba encaja un gol al filo del descanso tras una acción de estrategia firmada por el ex blanquiverde Juanjo. En un segundo tiempo horrible, los blanquiverdes reciben una paliza.

El hasta ayer equipo menos goleado de la categoría fue un coladero en Soria. El Numancia se adelantó al filo del descanso con un cabezazo del ex blanquiverde Juanjo y machacó a Alberto García en la segunda mitad, anotando cuatro tantos más en un área helada. El Córdoba acentúa su sangría a domicilio, donde no gana desde hace más de tres meses (ha obtenido un solo punto sobre 15 posibles), y encara un fin de semana muy largo: no sólo no mete presión a los seis primeros, que pueden poner tierra de por medio entre hoy y mañana, sino que el cuadro soriano se sube al carro de aspirantes al ascenso con sólo tres puntos menos. Un desastre en el partido más indigesto de toda la temporada.

Paco Jémez introdujo algún retoque en sus esquemas. En el once, Tena reemplazó a David Prieto como compañero de Gaspar en el eje de la defensa y Fuentes y Dubarbier cubrieron las vacantes de los sancionados Ximo Navarro y López Silva. En las bandas había un matiz interesante, ya que tanto el argentino como Borja García actuaban a pie cambiado. En el bando rojillo, Pablo Machín no contaba con la pareja de centrales Jaio-Pavón y puso como ariete a Juanjo, dejando en el banquillo a otros dos delanteros con pasado blanquiverde: Natalio y Díaz de Cerio. Un pasado más acaudalado y menos exitoso.

Una volea alta de Fernández, un par de saques de esquina desde el córner helado de Los Pajaritos y una incursión con derrape de Dubarbier dejaron constancia de la voluntad ofensiva de un Córdoba amparado en los movimientos entre líneas de Patiño en los primeros minutos. Ya en el 18' se diluyó lo que no llegó a ser una ocasión, pero sí una llegada clarísima: con Borja entrando solo por el centro, la rosca de Carlos Caballero fue a las manos de Nacho Zabal.

El Córdoba se defendía con solvencia, con Alberto García firme por arriba y Fernández al corte. Apenas un testarazo desviado de Julio Álvarez movió de sus butacas al respetable antes de que Borja y Dubarbier recuperaran su perfil natural. Pero al Córdoba le faltaba fútbol por la inconsistencia de Javi Hervás, básicamente preocupado por mantener la verticalidad. Nagore, un perro viejo, le tenía cogida la matrícula.

Tampoco andaba cómodo Dubarbier, que se resbaló justo antes de cabecear un centro pasado de Fernández. El lateral sí se mostraba decidido, y sólo así pudo obstaculizar en el corazón del área dos remates de Del Pino llegando desde atrás. El otro jugador visitante con un arrojo distinto era Borja, que no atinó a la primera en un córner ni en un disparo lejano tras un giro de los suyos.

El público soriano asumía que el Córdoba llevaba el mando. Pero por las condiciones del piso le costaba atacar, igual que su adversario se las veía y se las deseaba para defender. En el segundo tiempo iba a ser al revés. Pero los jugadores no se marcharon a la caseta en igualdad de condiciones: a un minuto del descanso, una falta lateral por mano de Fuentes fue tan bien botada por Julio Álvarez como cabeceada por Juanjo. El internacional venezolano imprimió el efecto justo para que el tallo cántabro superara a Alberto García y anotara su séptima diana en esta Liga; con el CCF sólo hizo una en toda la temporada 09-10.

Con un trabajo bien hecho y un mal resultado, no había dudas de que el Córdoba iba a salir encorajinado en pos de su primera remontada en el campeonato. Además, contaba con el aval de un césped en buenas condiciones para combinar por dentro y proyectarse por los costados. Pero el fútbol se juega y se gana en las dos áreas… Hasta tres veces se asomó Fuentes nada más regresar de los vestuarios, aunque sus centros no tuvieron consecuencias. Incluso Alberto García tuvo que responder en un zapatazo centrado de Bedoya, mientras que Caballero le pegó mal con Fernández abierto a su derecha.

El Numancia ganaba metros con pelotazos hacia la zona de patinaje, donde presionaba muy arriba para evitar que el CCF tocara desde su área. Por si fuera poco, la enésima incorporación de Fuentes dejó desguarnecido el carril por el que Bedoya retó a Tena y batió a Alberto García, lento en la reacción por los problemas para apoyar y coger impulso.

Sin comerlo ni beberlo, Machín se veía con un 2-0. Y ni corto ni perezoso quitó a un atacante, Lago Junior, para blindar la zona ancha con Sunny. No le pudo salir mejor la apuesta, porque apenas cuatro minutos después fue el propio centrocampista nigeriano quien machacó el tercero. El combinado castellano-leonés sacaba petróleo de una superficie muy particular y de los riesgos del contrario, que todavía no se había hecho a la defensa de tres a raíz del sacrificio de Tena para ganar mordiente arriba con Airam Cabrera.

Bedoya perdonó el cuarto en carrera y Pepe Díaz, relevo de Patiño, tampoco atinó en su primera aparición. No era la noche, desde luego. El Córdoba lo seguía intentando, pero ni siquiera acortó distancias a través de Dubarbier (Zabal le rebañó el cuero en el mano a mano) o el recién salido Fede Vico. En ataque hacía lo que podía y en defensa, también. Y era muy poco. Nano materializó el cuarto en una jugada similar a la del tanto anterior, el canterano Víctor Andrés se topó con Alberto con todo a favor y Bedoya, para quien la hierba helada no suponía ningún lastre, dibujó un eslalon al más puro estilo Messi antes de tirar al poste. El habilidoso jugador numantino vivió su gran noche.

Zabal atajó un zapatazo de Vico, que buscaba su estreno goleador con los mayores, antes de que Julio Álvarez rubricara la paliza en otra exhibición de equilibrio ante un puñado de zagueros que se tambaleaban. Ya en el tiempo de descuento, Borja García chutó a las manos del guardameta y Díaz de Cerio acarició el set con un toque bombeado después de una errónea cesión del barakaldés López Garai. Como en Guadalajara, donde arrancó su pésima racha a domicilio, el Córdoba se llevó ayer una torta… y además con la mano abierta.

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