De los ocho últimos clasificados, siete han cambiado de entrenador. El único que no lo ha hecho, el Racing de Ferrol, ha sido el que ha mantenido una trayectoria de crecimiento más acusada en los últimos meses. Después de perpetrar una tarjeta horrible en A Malata, el cuadro ferrolano ha seguido confiando en Juan Veiga hasta salir de los puestos de descenso. Está a tres de distancia, los mismos que el Córdoba. Pero allí lanzan salmos de esperanza.

Conjuntos que en algún momento de la temporada parecían desahuciados, como el Xerez, el Poli Ejido o el Albacete, han mostrado una mejora que, en cualquier caso, no ha bastado para sacarles del pozo. Con todo, la igualdad es tremenda. Entre el Cádiz (decimotercero, con 39) y el Alavés, que marca el corte con el descenso, sólo hay 6 puntos de distancia.

Especialmente curioso resulta el papel de los equipos que bajaron la pasada campaña de Primera. El Celta, la Real Sociedad y el Nàstic de Tarragona han cambiado de entrenador. Los dos primeros, por dos veces. Ninguno está a día de hoy entre los tres primeros. El más cercano al objetivo es el club donostiarra, que esta misma semana prescindió de Joserra Eizmendi para encomendarse al peculiar libreto de Juanma Lillo. Antes había dimitido el galés Coleman, coincidiendo con la llegada a la presidencia del impetuoso Iñaki Badiola. El que ve más lejos la Primera, y más cerca la Segunda B, es el equipo tarraconense, que ocupa plaza de descenso con 33 puntos sumados tras cambiar de técnico hace 12 jornadas.