Ya está bien de copas. Ahora toca ligar. Y para eso hay que estar lo suficientemente fresco, para no meter la pata con alguna acción fuera de tono. Hay que saber mantener el tipo, mostrar buena cara y aparentar estar mejor que el enemigo para no dar pistas. Por difícil que parezca. Hay que esconder las deficiencias y sacar el máximo partido posible a las virtudes. Porque, visto lo visto, y más si cabe en el último baile, éstas son muchas más de las que este Córdoba ha mostrado en las semanas precedentes. Tiempo en el que la cabeza ha viajado muy por delante de los pies, con todos los problemas que eso conlleva. El resultado ha sido una racha de cuatro jornadas sin ganar, con un pobre balance de sólo dos empates que, aún así, sólo ha alejado el objetivo del play off a tres puntos. Pero no vale quedarse sólo en esa lectura. Hay que profundizar mucho más. Erradicar los agujeros del pasado y construir un presente que dibuje un futuro esperanzador. Y en esas está Rafa...

Berges sabe que la Copa ha sido un subidón. Sobre todo de cordobesismo. Pero también de confianza y autoestima para un grupo que paseaba cabizbajo. Por eso pretende coger la ola buena para llevar al CCF al lugar que se merece. Más cerca de los mejores, más lejos de la mediocridad. Para eso debe ganar ya. Volver a recuperar las sensaciones que se dejó en El Bierzo a principios de noviembre. Parece que Huesca no es mal sitio, pues el equipo oscense sólo ha ganado un partido en casa. Pero con aquello de que ha cambiado de entrenador...

El que parece que cada vez más es más claro en sus ideas es el técnico blanquiverde. En sus esquemas no entran ahora mismo un grupo de jugadores que tienen dos salidas: ponerse las pilas ya o buscarse un buen cojín para no pasar frío en el invierno de El Arcángel. El caso más claro es Joselu, descartado otra vez de la convocatoria como Cerra, Damián Petcoff y Tena; el quinto en quedarse en casa fue Enzo Rennella, aunque en su caso al estar sancionado.

La idea es refrescar dentro de lo posible el equipo, aunque sin hacer una revolución que frene la inercia positiva que, sobre todo en juego, se vio el miércoles. Un partido que sirvió para descubrir a los pesimistas hasta dónde puede llegar este equipo. Con todo, Berges podría introducir alguna novedad en cada una de las líneas -Kiko Olivas, Abel Gómez, López Silva y, sobre todo, Patiño tienen más pinta que el resto de ser titulares-, unas forzadas y otras por gusto. Pero siempre manteniendo la fisonomía del grupo y redundando en un estilo definido. El ideal que debe llevar a este CCF a las mayores cotas. Porque hoy, aunque los colores sean los mismos en el rival, el enemigo no se parecerá, ni de lejos al del miércoles. Entre otras cosas porque no tiene a Messi. Y eso ya es un alivio considerable...