Ni en el más húmedo de sus sueños hubiera imaginado el CCF un escenario tan propicio para acabar con su crisis y espantar los fantasmas que esta semana habían asomado por El Arcángel. Un 2-0 y con dos hombres más antes de la media hora. Así de sencillo. Con todo a favor, los blanquiverdes tan sólo tuvieron que limitarse a gestionar la situación y aniquilaron a Las Palmas, que antes de empezar a sudar ya tenía el partido perdido. Nunca se sabrá cómo habría sido el partido en otras circunstancias, qué hubiera pasado si con el paso de los minutos a los locales les hubiera entrado la ansiedad… Ni falta que hizo. Así ganó el Córdoba, que hizo al fin lo que tenía que hacer. Después de dos meses lamentables en los que dilapidó todo el crédito acumulado hasta enero, los cordobesistas amarraron los 50 puntos y certificaron la permanencia antes de que el miedo se colara por los pasillos del estadio. Todo fue ideal, pero tarde, demasiado tarde. 

Y todo en un partido aseado, con todo a favor, sí, pero solvente. Los blanquiverdes recuperaron la línea que nunca debían haber perdido, la que lo convirtió en un equipo respetado y reconocible. Simplemente con eso hoy todavía estaríamos hablando de serias opciones de pelear por el play off, una entelequia a la que hoy seguirán amarrados los optimistas, los devotos de la hermandad del clavo ardiendo. A ocho puntos de Las Palmas y con seis partidos aún por delante, las matemáticas abren la puerta que la lógica cerró hace varias semanas. Si el intento sirve para lavar la cara del equipo y dejar un sabor de boca dulzón, valdrá la pena. Si una vez logrado el objetivo mínimo se deja ir, esperan dos meses muy largos. 

Y al fin ganó Esnáider. En su tercer partido en el banquillo blanquiverde, el CCF ofreció una versión mejorada respecto a las dos primeras citas y el argentino empezó a encontrar las respuestas a lo que hasta ahora eran sólo buenas palabras. Tras sus dos primeras derrotas, el técnico se había encontrado en un escenario viciado y hostil del que él no tenía ninguna culpa. La tendrá el que le ha puesto, pero no él, que desde que ha llegado se ha limitado a trabajar y callar. Además, Esnáider supo rectificar, asumiendo de inmediato sus primeros errores y buscando soluciones dentro de lo limitado de su plantilla. Lo probó todo 

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Vale que todo análisis queda desvirtuado por las dos expulsiones, pero también es cierto que incluso antes de que Las Palmas se quedara con nueve el Córdoba se había mostrado superior. Bandas profundas, centro del campo creativo, movimiento en la punta… Con esos ingredientes, el CCF firmó una excelente puesta en escena con dos nombres propios: López Garai y López Silva. El vasco recordó al jugador con jerarquía que apuntaló al equipo el año pasado, y el onubense fue de nuevo ese volante desbordante por la banda izquierda que llamó la atención de toda la categoría. 

Además, todo se puso pronto de cara, cuando el mediocentro de Barakaldo adelantó a los locales con su quinto gol de la temporada. Las Palmas dio un par de avisos acariciando el empate antes de que el partido se fuera al traste en cinco minutos de locura. Dani Castellano hizo dos manos absurdas, tan claras como inútiles en una zona sin peligro. Dos amarillas y a la calle. En la segunda, la de la expulsión, protesta Hermán, que ve la primera. Y dos minutos después, caza a Pedro en una internada intrascendente por la banda. A la calle. Tres minutos más tarde, y ya con el viento a favor, Xisco hizo el segundo para dejar el pleito visto para sentencia. ¡Y sólo estábamos por el 26'! 

A Las Palmas le dio un infarto. Tanto shock fue demasiado para un equipo que venía de ganar cuatro partidos como visitante y que a las primeras de cambio se vio fuera de combate. La primera parte no se libró de ese estado de consternación general y los minutos pasaron con parsimonia. El CCF echó el freno, como si no quisiera hacer más sangre, y los canarios, simplemente, no estaban. 

Sólo la opción de nivelar el average particular tras el 3-0 del Gran Canaria en la primera vuelta estimulaba un partido que pudo verse sobresaltado cuando a los diez minutos de la reanudación Chrisantus clavó un golazo en la escuadra de Alberto García. Con dos menos y con el corazón roto, Las Palmas todavía tenía alma para buscar un imposible, y por unos segundos un escalofrío recorrió cada asiento de El Arcángel. 

Pero antes de que el miedo se instalara en el estadio, Armando recuperó la calma con un testarazo inapelable para hacer el 3-1. Fue la puntilla para los insulares, que ya no tenían ni fuerzas ni espíritu para buscar el milagro. 

Lo demás sobró, aunque sirvió para destapar pequeños detalles. Pauliño aprovechó su media horita con toques de clase y destellos de futbolista distinto. Fede Vico tuvo los minutos necesarios para dedicar un gol a la memoria de su abuelo, y junto al precioso tanto de López Silva sirvió para sellar la manita y darle la vuelta al average particular con los canarios. Goles, muchos. La mejor receta contra los nervios, pero tarde, demasiado tarde.