Rafa Muñoz necesitó acariciar su récord de España para colarse en su primera final mundialista. El cordobés volvió a reivindicarse en su estreno en el Campeonato del Mundo de piscina corta que empezó ayer en Manchester y hoy luchará por un nuevo título que añadir a su ya extenso palmarés en los 100 mariposa.

El estandarte del Navial se vio obligado a sacar toda su clase para superar unas semifinales de grandísimo nivel. Tanto tuvo que exprimirse el español que paró el cronómetro en unos espectaculares 51.29, quedándose a sólo una centésima de la plusmarca nacional (51.28) que él mismo posee desde el pasado Campeonato de Europa de Debrecen.

Muñoz fue tercero en su semifinal, superado por el australiano Adam Pine y el venezolano Albert Subirats. El aussie reventó el récord de los campeonatos, en poder del estadounidense Ian Crocker desde Indianapolis 2004 (50.18), dejando ahora el registro en unos 50.09 que lo convierten en absoluto favorito al oro. El español aguantó el ritmo de Pine hasta la mitad de la prueba, pero luego se desinfló hasta ser superado también por Subirats.

En la otra semifinal, el esloveno Peter Mankoc fue el más rápido (50.88), tiempo que le bastó para batir al neozelandés Corney Swanepoel (50.94), el ruso Nikolay Skvortsov (51.25) y al también neozelandés Boss Burmester (51.30). Todos ellos, junto al keniano Jason Dunford (51.48), lucharán con Rafa Muñoz por alcanzar una medalla mundialista que está muy cara. Si el cordobés quiere ganarla tendrá que batir su récord de España.

Ya en la calificación de la mañana, Muñoz demostró estar en un momento dulce al lograr el cuarto mejor tiempo de los 78 participantes. El cordobés paró el crono en 51.58, siendo sólo superado en la novena serie por Burmester que, con 51.37, fue el más rápido en las eliminatorias.