Domingo Cisma dejó ayer oficialmente de pertenecer al Córdoba, que se acogió a una cláusula pactada en su contrato para cortar el último año de vinculación del jugador sevillano con la entidad a cambio del abono de 60.000 euros, justo un tercio de la cantidad (180.000) que tenía firmada por curso desde su llegada en 2015.

El CCF confirmó la noticia adelantada ayer por el Día con un comunicado en el que aclara que "el club y el jugador pactaron, de común acuerdo, las condiciones de una posible extinción contractual, dentro de la legalidad vigente", para su tercer curso de vinculación, acogiéndose a las mismas ahora para finiquitar la relación.

Del mismo modo, la entidad insiste en que "ambas partes" tenían "conocimiento de la existencia de esta posibilidad", por lo que considera que "ha actuado en todo momento de forma honesta y transparente, con el máximo respeto hacia el jugador".

Sin embargo, Cisma ha mostrado ya su desacuerdo con la decisión, apuntando a Efe que "no se puede despedir a una persona estando de baja porque eso es improcedente". Hay que recordar que el lateral se encuentra en plena fase de rehabilitación de la lesión del ligamento cruzado y el menisco externo de su rodilla izquierda que se produjo en marzo.

Pese a todo, fuentes consultadas por el Día advierten que la resolución contractual puede darse por buena, toda vez que según el Real Decreto 1006/1985 que regula la relación laboral de los deportistas profesionales en su artículo 15 recoge que, en caso de ser declarado improcedente, el jugador tendrá derecho a una indemnización que sólo se fijará judicialmente en caso de falta de pacto. Y en este caso, la cantidad de 60.000 euros ya estaba recogida en el contrato.