Sólo el tiempo dirá si el punto que el Córdoba logró el pasado domingo en el Iberostar Estadi de Mallorca es un buen botín o resulta insuficiente. Pero hasta que la pelea por la permanencia se clarifique, lo cierto es que los resultados de los rivales directos y las sensaciones que transmitió el conjunto blanquiverde apuntan en la dirección negativa. Pese a ello, es normal que haya quien ve la botella medio llena, ya que el Córdoba dejó atrás en Mallorca su nefasta racha a domicilio de este 2017, pero la clasificación señala que el descenso vuelve a estar a sólo dos puntos y el juego del equipo sufrió una involución respecto a las luces que se empezaban a atisbar tras la victoria ante el Almería.

Teniendo en cuenta que el bagaje del conjunto cordobesista en las últimas siete salidas es de cero puntos conseguidos, el punto de Mallorca se antoja satisfactorio. Por un lado, el cuadro blanquiverde dejó atrás su peor racha como visitante de la temporada y mantuvo a distancia de ocho puntos a un rival directo en la pelea por la permanencia, al tiempo que lo dejó seriamente tocado y en un ambiente que invita a pensar que tendrá casi imposible remediar su delicada situación. Desde la victoria en Oviedo, lograda el 16 de diciembre del año pasado, el CCF no sabía lo que era sumar lejos de Córdoba. Si el equipo de Carrión es capaz de mantener la recobrada fortaleza en su estadio y derrota al Mirandés el próximo domingo, el punto logrado ante los baleares cobrará un valor que hoy es complicado apreciar.

La victoria del Almería y el decepcionante juego del equipo vuelven a acrecentar las reservas

Esa es la lectura positiva de la igualada lograda en Mallorca. Otra cosa es lo que dice la clasificación, que ha vuelto a colocar al Córdoba a sólo dos puntos de caer a la zona de descenso. El Almería derrotó al Sevilla Atlético (2-1) y redujo el colchón de cuatro puntos del que disponían los blanquiverdes. El abismo vuelve a estar a tiro de una derrota, de un error, que en partidos tan igualados como los que se ven a final de temporada, puede llegar en cualquier momento.

Además del evidente retroceso clasificatorio, el empate del Córdoba en Mallorca dejó la amarga sensación de que el equipo dio también un paso atrás en lo meramente futbolístico. Ante el Almería, el conjunto blanquiverde mostró signos de mejor fútbol, unidos a una mayor contundencia tanto en el área del rival como en la propia. El equipo dominó el balón por momentos y así sufrió mucho menos que, por ejemplo y sin ir más lejos, en el cuarto de hora final en Mallorca, donde los de Carrión quedaron a merced de un rival que sólo Pawel pudo frenar. Porque en tierras baleares, además de encajar en la primera ocasión que tuvo el rival, el Córdoba fue incapaz de inquietar durante muchos minutos a un equipo plano y sin demasiados argumentos como el Mallorca, que además tuvo que lidiar con un ambiente bastante crispado en su contra. Los de Carrión no fueron capaces de hacerse con el balón y así su fútbol se volvió bastante previsible e inofensivo.

La irregularidad que el Córdoba está mostrando desde que arrancó el 2017 le mantiene sin encadenar un par de buenos partidos que le permitan dar el estirón definitivo. Mientras esa tendencia siga invariable, los de Carrión tendrán imposible despegarse de una zona baja en la que ya aparecen dos equipos bastantes tocados (Mirandés y Mallorca, a nueve y ocho puntos del cuadro cordobesista) y otro en evidentes problemas para salir como el Alcorcón (cuya desventaja con el Córdoba es de cuatro puntos). Ahora bien, el Almería viene apretando desde abajo y su tendencia es al alza, lo que invita a pensar que terminará saliendo del pozo. En ese caso, el Córdoba tendría que superar a uno de los rivales que ahora mismo tiene por delante, de ahí que el partido del domingo ante el Mirandés se antoje trascendental. La victoria ante el colista es la única forma de hacer bueno el empate logrado en Mallorca.