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La alta tensión de Moha

  • El delantero del filial fue expulsado por Carrión de un entrenamiento intenso y con buen ambiente que Caballero y Héctor Rodas realizaron junto al recuperador al margen del grupo

La alta tensión de Moha

La alta tensión de Moha / fotos: josé martínez

La tranquilidad otorgada por la última y vital victoria ante el Almería quedó reflejada en la vuelta a los entrenamientos del Córdoba, una sesión intensa y con buenísimo ambiente... que saltó por los aires a escasos minutos de su conclusión. Un rifirrafe entre Moha Traoré y Javi Lara terminó con el delantero maliense del filial siendo expulsado por Luis Carrión, lo que lejos de calmar la situación desencadenó en una bronca aún mayor al entrar en juego, desde la distancia, Rodri. Fue la anécdota negativa de la primera jornada de trabajo del equipo con vistas ya al partido del próximo domingo ante el Mallorca (Iberostar Estadi, 16:00), una nueva final camino de la permanencia en Segunda.

Todo se torció a escasos minutos del final del entrenamiento, durante la disputa del último de los partidillos a medio campo y con tres equipos de ocho jugadores dispuestos por Carrión. Intensidad, ritmo, ida y vuelta, presión, disparo eran los ingredientes hasta que la tensión mal entendida puso la nota negativa. Todo comenzó cuando Moha Traoré, uno de los jugadores del filial más pujantes y en la órbita del primer equipo desde hace tiempo, realizó una fuerte entrada a Javi Lara con los dos pies por delante que el montoreño entendió fuera de lugar. Así se lo hizo ver de viva voz, si bien la rapidez de los movimientos del ejercicio llevó el balón al maliense y Lara respondió con una patada que encendió la mecha.

Moha y Javi Lara se enzarzaron y el técnico castigó al maliense, que se lo tomó muy mal

Tras un amago de presión del punta al centrocampista en la continuación, Carrión trató de prevenir y decidió sacar del entrenamiento a Moha, que acabó de explotar al no entender que sólo él fuera recriminado por su actuación. Cuando el técnico insistió en que se marchara, Traoré se despojó del peto de malas maneras y abandonó la sesión pegando un pelotazo a un balón y otro al saco de los mismos camino ya del autobús. Fue entonces cuando las palabras desde la distancia de Rodri recriminándole sus modos dieron paso a un amago de trifulca cuando el maliense se revolvió buscando al pichichi. La intermediación de varios compañeros, especialmente Esteve y Markovic, detuvo el conato de incendio, con Moha rumiando para sí un enfado que está por ver si tiene algún tipo de consecuencias en el futuro inmediato.

Porque ahora que la permanencia del filial está prácticamente sellada, Moha Traoré empezaba a ver con optimismo su rol en el primer equipo. A su presencia habitual en los entrenamientos sumó el pasado domingo, sin ir más lejos, una nueva convocatoria, si bien luego no tuvo la opción de jugar. Queda ahora en manos de Carrión si todo queda en un calentón o si su actitud, sobre todo tras verse fuera de la sesión, lo saca de la órbita de la Segunda División en lo que resta de temporada.

Un final de curso al que el Córdoba pretende llegar con todos sus elementos a tope. De momento, el único que no jugará en lo que resta de año es Domingo Cisma, mientras que Piovaccari prosigue con su recuperación intensiva para recortar las cinco semanas de recuperación en que se fijó su esguince de grado II-III en el tobillo izquierdo. Ambos fueron los únicos ausentes en la vuelta al trabajo, si bien los otros dos inquilinos de la enfermería trabajaron al margen del grupo.

Héctor Rodas y Carlos Caballero se ejercitaron junto al recuperador Javi Poveda dejando buenas sensaciones de cara a su inmediato regreso al equipo. El valenciano golpeó sin problemas en largo con su pierna derecha, donde unas molestias en el aductor arrastradas desde Valladolid ya le obligaron a parar el domingo tras realizar el calentamiento. Caballero sí estuvo más precavido en los golpeos, aunque utilizó sin problemas la pierna izquierda que hace mes y medio en Tarragona le hizo parar por culpa de una lesión de grado II-III de la unión miotendinosa del semitendinoso. El plazo para su vuelta se fijó en torno a las seis semanas, que se cumplen ahora, por lo que el madrileño es otro que empieza a ver el final del negro túnel.

Más argumentos para un Carrión que ahora debe tirar de mano izquierda para conseguir que el capítulo Moha sea sólo una anécdota desagradable dentro del buen ambiente que dejó un entrenamiento de calidad que invita al optimismo en esta encarnizada lucha por amarrar la permanencia en Segunda División.

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