La expedición del Mirandés arribará esta tarde a Córdoba con la obligación de ganar mañana en El Arcángel para mantener alguna esperanza de conseguir la permanencia. Y para ello el técnico rojillo, Pablo Alfaro, apela a la "ilusión" y al buen trabajo realizado durante la semana para encarar "un partido largo" ante un rival que está "en la línea del otro día el Zaragoza", en referencia a que ambos estaban confeccionados para pelear por el ascenso, si bien se encuentran en la zona baja.

Alfaro reconoció ayer en la sala de prensa de Anduva que "la semana ha ido bien, hemos conseguido los objetivos que buscábamos", antes de descartar que la ansiedad esté convirtiéndose en un enemigo más de un Mirandés que marcha colista a falta de siete jornadas para la conclusión del campeonato en Segunda.

"Los jugadores ya saben que queda una bala menos, pero vamos a por ello con ilusión", apuntó el preparador de la escuadra burgalesa, que sustenta su confianza en que "excepto en un partido hemos dado siempre la cara y eso los chicos lo saben".

Pero parece claro que para conseguir resultados positivos que alivien su delicada posición en la clasificación, el Mirandés necesita algo más que dar la cara. Pablo Alfaro considera que "toca tratar de seguir haciéndonos fuertes en Anduva y trasladar esa fortaleza fuera" para enderezar una nave que apunta a Segunda B.