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La patata caliente de Cosmos

  • Empresas. Resulta muy llamativo que ni Urbanismo ni la Junta 'sepan' qué es lo que hay hacer con la cementera. Igual es que nadie quiere meterse en líos hasta que pasen las elecciones

Concentración de trabajadores de Cosmos en la sede de IU.

Concentración de trabajadores de Cosmos en la sede de IU. / juan ayala

El asunto de Cosmos se ha convertido en un especie de guerra fría entre PSOE e IU, entre la Junta y la Gerencia Municipal de Urbanismo, en la que nadie quiere dar el siguiente paso consciente de lo que se juega. La pretendida innovación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para dejar fuera de ordenación a la cementera Cosmos nació viciada desde el principio cuando se adoptó como una decisión política del presidente del organismo, Pedro García, que quiso hacer un guiño a su electorado a los pocos meses de llegar a Capitulares. Fue una de las primeras decisiones de García al frente de Urbanismo, a pesar de todo lo que había liado -y sigue- en esa casa y tuvo siempre la oposición de los trabajadores, los sindicatos, la empresa y hasta de su propio socio de gobierno, el PSOE.

Los socialistas, al principio, dejaron hacer a la federación de izquierdas conscientes de que eso no iba a llegar a nada, como por el momento se ha confirmado, pero la cosa se puso fea con concentraciones día sí y día no en los Plenos y en el Ayuntamiento. Los trabajadores se la liaron incluso a la propia presidenta de la Junta, Susana Díaz, en una de sus visitas a la capital, y ese fue el punto de inflexión para que el PSOE paralizara el asunto. La solución temporal fue la de poner en marcha una mesa de diálogo que, ahora se puede decir, fue una tomadura de pelo. No se llegó a ninguna conclusión salvo obviedades como que se apoya el mantenimiento del empleo, al mismo tiempo que a la salud y a la protección del medio ambiente. El grupo de trabajo, sin embargo, le sirvió a IU para continuar con sus pretensiones, aunque volvió a encontrarse con otro obstáculo: la Junta de Andalucía. La administración autonómica tiene que pronunciarse con carácter preceptivo y vinculante y los últimos informes de la Junta, tanto el de la Consejería de Salud como el de la de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, tiran por tierra las pretensiones del Ayuntamiento, aunque sin decirlo claramente.

De la mesa de diálogo al cruce de informes, el tiempo pasa y no se toman decisiones

Y en esas estamos. En que Urbanismo le pregunta a la Junta qué tiene que hacer y ésta le responde que la Gerencia sabrá, que para eso su competencia es la ordenación de la ciudad. Lo que se vislumbra de trasfondo es que García quiere que la Junta le diga que no puede innovar el PGOU como pretende para decirle a los suyos: yo lo he intentando, pero no me han dejado. En San Telmo, por otra parte, no viene muy bien que los trabajadores de Cosmos se rebelen, pero evitan poner negro sobre blanco que no se haga la innovación. La última intervención del consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, el pasado jueves en Córdoba, tuvo cierto tono de ultimátum al retar a Urbanismo a que aporte un documento en el que se refleje la posible incompatibilidad urbanística de Cosmos con su actividad. Y con unos y otros, la casa sin barrer.

PSOE e IU, al parecer, se han puesto de acuerdo en pedirle otro nuevo informe -sí, otro-, a la Junta de Andalucía para ver si en esta ocasión se mojan y les dice por donde tienen que tirar. No parece que eso vaya a ocurrir pero mientras que se piden documentos, se realizan, se entregan, se analizan y se vuelve a concluir que no dicen nada llegamos a las próximas elecciones sin haber avanzado nada en los planteamientos urbanísticos de Cosmos. La estrategia política más antigua del mundo. Vamos a dejar que el tiempo pase sin hacer nada y no nos metamos en líos.

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