Córdoba

La naranja cuesta ya en el mercado ocho veces más que en el árbol

  • Los agricultores denuncian la enorme diferencia entre los precios que cobran en origen, unos 18 céntimos por kilo, y los que acaban pagando los consumidores, que alcanzan los 1,41 euros por kilo

ES la eterna lucha de los citricultores y, de momento, nadie parece hacerles caso. Una naranja cuesta en cualquier mercado de España ocho veces más de media que lo que cobra un citricultor por el mismo producto en el árbol, una diferencia que a priori parece más que astronómica. Según el Observatorio del Precio de los Alimentos elaborado por el propio Ministerio de Agricultura y Pesca, un kilo de naranjas se paga en origen a 18 céntimos (sin embargo, en este precio no está incluido ni el coste de recolección ni el de transporte hasta el almacén de confección). Cuando este kilo ha llegado hasta el consumidor, su precio se ha encarecido hasta los 1,41 euros, es decir, ocho veces más.

Sin embargo, este kilo de naranjas tiene que pasar antes por las manos de los mayoristas, que lo venden a 74 céntimos, es decir, a cuatro veces el precio al que lo compran en el árbol.

Este año, con una producción un poco más baja que en la campaña anterior y una calidad que entra dentro de la media de las últimas décadas, los precios se han mantenido estables y apenas han variado entre un uno y un dos por ciento en las últimas semanas. Esto también ha enfurecido a los agricultores, que consideran que el cultivo de cítricos -que en Córdoba se desarrolla sobre todo en la Vega del Guadalquivir- está empezando a dejar de ser rentable.

Actualmente, diversos colectivos de agricultores denuncian que en la Vega del Guadalquivir se está vendiendo a pérdidas, es decir, el precio es todavía más bajo que el coste de la producción. De hecho, el año pasado ya se llegó a denunciar incluso que muchos agricultores acaban percibiendo menos dinero por su producción que el que acababan pagándole a los jornaleros recolectores de naranjas. La mayoría de las críticas se dirigen ahora hacia la gran distribuición, por los amplios beneficios de que disfrutan mientras el agricultor recibe muy poco dinero por su producción.

Además, no se entiende que los precios sigan siendo tan bajos, sobre todo teniendo en cuenta que para este año se espera un descenso de hasta un 30 por ciento en la producción y cuando las exportaciones de cítricos están creciendo en un 37 por ciento de volumen y en un 70 por ciento de valor, según los datos del Ministerio de Agricultura.

Desde el año 2005, los precios de los cítricos han sufrido una caída espectacular. A principios de ese ejercicio, el kilo de naranja se llegó a pagar a 40 céntimos de euros. Entonces, el mayorista sólo cobraba 60 céntimos por ese mismo kilo. Mientras, en el mercado los precios estaban mucho más bajos y rondaban los 1,40 euros el kilo de naranjas, una diferencia que no era tan espectacular como ahora. En 2006, la tendencia de los precios en origen fue a la baja, tanto que se llegó a pagar el kilo de naranjas en árbol hasta a diez céntimos de euro. Esta bajada también vino acompañada por un descenso de los precios en el supermercado (1,30 euros el kilo), al contrario de la actualidad.

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