Córdoba

Cuando la música traspasa el do, re, mi

  • El centro profesional Músico Ziryab y el Conservatorio Superior Rafael Orozco, a los que se accede tras pasar una serie de pruebas de selección, cuentan este curso con alrededor de 1.800 alumnos y 230 profesores

1. Una profesora toca el piano en el centro Músico Ziryab. 2. Una alumna del conservatorio superior Rafael Orozco. 3. Clase de guitarra en el centro de la calle Ángel de Saavedra. 4. Aula del conservatorio profesional.

1. Una profesora toca el piano en el centro Músico Ziryab. 2. Una alumna del conservatorio superior Rafael Orozco. 3. Clase de guitarra en el centro de la calle Ángel de Saavedra. 4. Aula del conservatorio profesional.

Redonda, blanca, negra, corchea... La más que conocida escala del do, re, mi, fa, sol, la, sí... Son conceptos básicos, pero la mar de importantes para adentrarse en el mundo de la música. Ya sea desde el primer contacto con un pentagrama y la clave de sol hasta las más complicadas partituras y llegar a interpretarlas con cualquier instrumento. La formación musical requiere pasión, requiere sacrificio y requiere estudio. Y Córdoba dispone para aprender música de dos grandes y bien diferentes centros. Uno de ellos es el Conservatorio Profesional Músico Ziryab y el otro el Conservatorio Superior Rafael Orozco. Ambos suman este año alrededor de 1.800 alumnos y 230 profesores.

Entre todos estos docentes se encuentra Jaime Bedmar, actual vicedirector del centro Músico Ziryab, quien sostiene que para ser músico "se nace", y lo dice él que a los siete años se adentró en el mundo de la música como oyente en el entonces Conservatorio Superior de Música de Córdoba. En su casa, continua, "siempre hemos vivido la música y lo mío fue por elección propia". En esa línea, asegura que "la música es un don que algunos tenemos y otros no", si bien, añade que "es un lenguaje que se aprende". Y en eso están los cerca de 1.400 alumnos que este año acuden al centro, que se inauguró hace ocho años tras una inversión de 9,2 millones de euros. Antes de que este inmueble se levantase en la avenida de los Piconeros, esta formación se impartía en el Parque Figueroa y el cambio fue beneficioso para toda la comunidad. "Las clases están totalmente insonorizadas y el auditorio es nuestra joya porque acústicamente es perfecto", subraya Bedmar, quien insiste en que se trata de un espacio que contó con el trabajo de Higini Arau, una de las figuras más prestigiosas a nivel mundial en el campo de la acústica arquitectónica. Es más, subraya que esta acústica perfecta que ofrece el auditorio "está probada con análisis de espectro rosa". El centro se ha convertido, además, desde su apertura en lugar abierto y acoge numerosas actividades culturales porque "queremos que sea un centro vivo", anota.

El auditorio del Músico Ziryab está considerado "perfecto" acústicamente Los responsables de ambos espacios destacan el sacrificio que requieren los estudiosEl Rafael Orozco imparte veinte especialidades e itinerarios distintos

Y sí, el Músico Zyryab es un centro vivo en el que la música no deja de sonar y en el que se enseñan todas las especialidades musicales. Eso sí, las más demandadas a la hora de acceder son las de piano, percusión, guitarra y violín. Pero, ¿cómo es el acceso? Pues cada año, el centro oferta apenas 177 plazas de ingreso, en las que tienen "prioridad los niños de ochos años". "Hay mucha demanda y mucha gente se queda fuera", lamenta.

Las pruebas de acceso para el grado elemental, continua el vicedirector, incluyen el canto de una melodía delante de un tribunal. En algunas ocasiones, revela, ha habido aspirantes que han cantando desde el cumpleaños feliz, el tema de una serie de dibujos animados e, incluso, una ópera. A continuación, el aspirante tiene que seguir una secuencia rítmica con palmadas que va haciéndose cada vez más compleja. Si el alumno logra entrar y va curso por año, a los 18 sale del centro con el grado medio con el instrumento que elige. No obstante, entre los ocho y los 12 años se completa el ciclo de enseñanzas básicas, mientras que desde los 13 y hasta los 18 el alumnado es similar a los estudios completos de Secundaria y Bachillerato. En el caso del grado medio, el número de plazas es de 159. Y claro, en este caso la demanda es superior a la oferta de puestos. Así, el vicedirector del Músico Zyryab considera que tendrían que existir dos centros independientes para dar cabida a todo el alumnado que se queda fuera. Así, por un lado estaría un centro destinado al grado elemental y otro para el profesional.

Por cierto, que este año las pruebas de aptitud para el primer curso del primer ciclo de las enseñanzas elementales de música comenzarán el próximo 15 de mayo, mientras que las de primero de enseñanzas profesionales tendrán lugar a partir del 21 de mayo.

Además de la demanda de este tipo de plazas, hasta el conservatorio también llegan cada año numerosas peticiones de alumnos que quieren realizar el programa de coordinación con el instituto López Neyra. Bedmar recuerda que la puesta en marcha de este programa "fue uno de nuestros mayores retos", ya que se trata de aunar dentro de la jornada lectiva las clases reglamentarias de los ciclos de Secundaria y Bachillerato con las de los ciclos correspondientes al conservatorio. Las clases se desarrollan tanto en el centro de la avenida de los Piconeros como en el instituto López Neyra y este año son 150 los alumnos que lo cursan.

El otro gran pilar de la música en Córdoba es el Conservatorio Superior Rafael Orozco, que dirige Juan de Dios García. El número de alumnos que acuden cada día a estas instalaciones de la calle Ángel de Saavedra -espacio que ocupa desde 1945-, anota, "es muy similar al de los cursos anteriores, y viene a rondar la cifra de 400, que se reparten en veinte especialidades o itinerarios distintos de cuatro cursos cada uno". De sus clases se encargan 98 profesores, de los que 18 son catedráticos.

García hace especial hincapié en la diferencia del centro con el Músico Ziryab, ya que "nuestras enseñanzas son de grado superior y su denominación es Enseñanzas Artísticas Superiores en Música". Por ello, "la ley establece que nuestras titulaciones están en el mismo nivel 2 del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior en el que se encuadran las enseñanzas de grado universitarias", aclara.

En el Rafael Orozco se imparten un total de veinte especialidades e itinerarios distintos: Composición musical, Flamenco en sus tres itinerarios de Flamencología, Guitarra flamenca y Cante, Canto, Piano, Guitarra, y los trece itinerarios correspondientes a los instrumentos sinfónicos. Entre los más demandados se encuentran algunos de los instrumentos sinfónicos, como flauta, clarinete o percusión, y algunos de flamenco, como la guitarra o el cante.

Para acceder a alguno de estos estudios, existen unas pruebas equivalentes a la Selectividad que sirven para comprobar que "llegas con los conocimientos suficientes y para organizar el ingreso en los centros en función de la puntuación obtenida y de las prioridades manifestadas por el aspirante", apunta.

El director del Rafael Orozco también alude al perfil del alumnado que se matricula en el conservatorio y detalla que se trata de jóvenes "que han cursado estudios generales hasta el Bachillerato, que además llegan con conocimientos de música avanzados, normalmente adquiridos en los conservatorios elementales y de grado medio, y que quieren estudiar la carrera de música". A su juicio, el estudiante de un grado superior de Música es, sobre todo, "vocacional y está muy concienciado". Prueba de ello, es que apenas se registran bajas a lo largo de los diez años que se prolonga esta formación: cuatro cursos de grado elemental y otros seis de grado medio. "En esos diez años hay tiempo suficiente para reflexionar antes de cometer el error de iniciar estudios superiores de música sin tener claras las ideas", considera. Una de las características del centro de la calle Ángel de Saavedra es su ambiente "de vida artística y académica intensa", describe, al tiempo que subraya que "los estudios son realmente difíciles y el alumnado se aplica mucho en lo que hace, quedándole muy poco tiempo libre".

En el centro Rafael Orozco también tienen sus propias demandas y su director no tiene reparos en señalar que, además, "es común a todos los conservatorio superiores de Andalucía". Por un lado, reclaman "que se dote definitivamente a nuestros centros de un reglamento de organización, una normativa que llevamos esperando hace más de quince años que nos permitiría trabajar con más eficacia", dice. "Actualmente nos vemos obligados a organizar enseñanzas del siglo veintiuno con herramientas obsoletas del siglo veinte", lamenta. Por otro lado, también piden "que se aprueben definitivamente los estatutos del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de Andalucía, el organismo del que dependemos, pero que no ha tenido oportunidad de ponerse en marcha por falta de regulación normativa".

Pero aún hay más porque según García también se suman a la demanda de que haya más plazas para estas enseñanzas, pero en su caso, para el Conservatorio Profesional Músico Ziryab, "porque eso redundaría en que recibiríamos más alumnos, algo fundamental para nuestra propia subsistencia".

El director también hace referencia a algunas de las figuras reconocidas que se han formado en el Conservatorio Rafael Orozco y alude "al talento y la proyección que tuvo en su época nuestro fundador, el compositor Cipriano Martínez Rücker". También han sido grandes músicos y grandes docentes el compositor Joaquín Reyes, la soprano Carmen Blanco, el pianista Rafael Quero, el tenor Carlos Hacar, el guitarrista Miguel Barberá. Eso sí, destaca que "si alguien ha brillado de manera excepcional en la historia de nuestro conservatorio es, sin duda, el pianista Rafael Orozco, de quien el centro lleva su nombre". Al respecto, destaca la figura de Orozco, quien "en el mundo profesional de la música, en el del piano de repertorio se ganó el reconocimiento general y el cariño de todos".

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