sociedad

La ilusión de vivir el espíritu de los Patios

  • La asociación La Tribu Educa promueve un modelo residencial revolucionario para jubilados que a través de una cooperativa cree una vivienda compartida

El espíritu de Los Patios nació en Córdoba de una necesidad, la que tenían familias humildes de compartir espacios comunes con otras familias -también humildes- en una vivienda y, por ende, de compartir a diario sus vidas con las de sus vecinos. Los Patios son un modelo de convivencia al que la Unesco reconoció hace unos años como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, un modelo de convivencia al que se apuntaron a finales del siglo XX los vecinos del número 3 de la calle Chaparro. La casa de Chaparro 3 se construyó en 1988 y la componen seis viviendas. Desde sus inicios, las seis familias que en ella habitan han mantenido la tradición de las casas de vecinos de Córdoba, como dignos herederos de ese espíritu que se respira en los Patios.

Como herederos quieren ser también algunos componentes de la Asociación Cultural La Tribu Educa, un grupo de aproximadamente 40 personas jubiladas de entre 60 y 70 años que han desarrollado su actividad laboral en diferentes campos profesionales. La Tribu Educa -donde hay desde exempleados públicos, hasta exautónomos, extécnicos especialistas, exenseñantes y exsanitarios, entre otros- quiere hacer realidad el proyecto Co-patio. "Se trata de una comunidad en la que habría entre 40 y 50 apartamentos y que se llevaría a cabo a través de una cooperativa", detalla José Antonio Ruiz. "Es una novedad en Córdoba, pero en otras ciudades se está llevando a cabo con éxito; la inversión sería para adquirir los usos de los apartamentos, no para comprarlos", detalla este miembro de La Tribu Educa, quien destaca que desde el Consistorio hay disposición política, "por parte de la propia alcaldesa", a ayudarles a poner en marcha el proyecto a través de fórmulas como la empresa municipal de la vivienda, Vimcorsa -al Ayuntamiento le pidieron asesoramiento y apoyo, además de cesión de terrenos-. "También le agradecemos su apoyo al Consejo del Movimiento Ciudadano, que siempre se ha volcado con nosotros", añade José Antonio. "Estamos convencidos de que un proyecto como el nuestro, novedoso y transformador de los estándares sociales y políticos dominantes en materia de urbanismo en nuestra ciudad, sólo será viable si el Movimiento Ciudadanos lo hace suyo, convencido de que se trata de una iniciativa justa, que responde a una verdadera necesidad social de sus conciudadanos mayores y que puede, además, transferirse como modelo urbanístico a otros sectores de la población", defiende. Según reza en el proyecto Co-patio, el objetivo del grupo "es la construcción de un conjunto de viviendas compartidas, solidarias y autogestionadas como alternativa a las vías que la sociedad ofrece a las personas de nuestra edad. Nos animan a emprender esta iniciativa muchas experiencias similares desarrolladas desde hace años en países del norte de Europa y los escasos pero exitosos proyectos llevados a cabo en España". Este movimiento al que aluden, conocido internacionalmente con el nombre de cohousing, se caracteriza por ser un proceso participativo en el que son los propios residentes quienes organizan, planifican y diseñan sus casas. "Este conjunto de viviendas tiene como característica arquitectónica esencial el disponer, además de la vivienda propia, de unos espacios comunes donde poder ofrecer servicios comunitarios, desarrollar actividades conjuntas y desplegar acciones solidarias", relata. "No pretendemos otra cosa que recuperar el espíritu y los espacios comunes del tradicional patio de vecinos cordobés. Por eso hemos propuesto Co-patio como nombre del proyecto. El prefijo co- nos remite, además de a Córdoba, a colaboración, cohabitación, comunidad, cohousing; la palabra patio, por su parte, hace referencia al espacio común de las tradicionales casas de vecinos donde se desarrollaba la vida en comunidad. Este modo de vida, declarado por la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad, es el que nos proponemos rescatar y revivir en nuestra residencia", sostiene La Tribu Educa.

El colectivo propone un modelo alternativo a las posibles opciones que en la actualidad se les ofrecen a los mayores de 65 años; o sea, a vivir en una casa propia, "en un espacio no adaptado, que propicia la soledad y que resulta muy costoso al requerir la atención individualizada de un cuidador o cuidadora"; a la convivencia con los hijos o hijas, "lo que supone una carga familiar en un espacio extraño"; a la residencia de la tercera edad: "las públicas son escasas y las privadas, muy costosas, y unas y otras conllevan pérdida de libertad y privacidad"; y a la vivienda tutelada, "en las que el grupo de residentes se constituye de forma aleatoria, circunstancia que no favorece, en principio, la convivencia". En ese nuevo modelo cooperativo que proponen desde el colectivo, el socio de la futura comunidad tiene garantizado el derecho al uso y disfrute a perpetuidad de las instalaciones y servicios del complejo, derecho que se transmite a sus herederos legales.

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