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La hora de la iniciativa privada

  • Municipal. La alcaldesa, Isabel Ambrosio, ha abierto el debate sobre la implicación del comercio y la hostelería en las principales fiestas de la ciudad, como grandes beneficiarios

La calle Gondomar, llena de viandantes durante el puente.

La calle Gondomar, llena de viandantes durante el puente. / jordi vidal

No sabría decir si fue antes el huevo o la gallina, pero lo cierto es que en esta ciudad hay instalada una sensación de gratis total que puede ser uno de los motivos que frenan su crecimiento y desarrollo. Entiendo que ésta no es una idea de las que se dice políticamente correctas pero alguien tendrá que decirlo. Esta semana se ha puesto el foco precisamente en la implicación del sector privado en dos cuestiones que son capitales para la ciudad. Una es -tal y como adelantó el Día en las informaciones que ha publicado con motivo del quinto aniversario de la designación de la fiesta como Patrimonio de la Humanidad- la necesidad de que el sector hotelero y hostelero se impliquen en el festival de los Patios y la otra, la también necesaria aportación del comercio en campañas como la Navidad y, sobre todo, el alumbrado. Muchos se rajan las vestiduras al comparar las luces de la calle Cruz Conde con las de la calle Larios, pero lo cierto es que tanto en Málaga como en Sevilla la iniciativa privada interviene en la financiación del alumbrado con un convenio firmado con la aseguradora Caser. Es cierto que no se trata de comerciantes, pero también se ha abierto el debate en ambas ciudades para impulsar este tipo de colaboraciones. En otras capitales como Madrid, Barcelona o Bilbao existe desde hace años ese tipo de convenios en torno al alumbrado navideño.

Hay otro asunto, que también es objeto de polémica cada verano, como es la instalación de toldos en el Centro para paliar los efectos del calor. Aquí también surge la eterna comparación con Málaga, donde la calle Larios está completamente protegida durante los meses veraniegos y eso es porque el comercio contribuye a su instalación.

En Sevilla o Málaga participa en el alumbrado una empresa privadaLos retos de los Patios, más allá de implicar al sector privado, siguen estando vigentes

En el caso de los Patios, afortunadamente, no tenemos otra capital con la que compararnos pero el argumento es lógico y lo ha hecho la propia alcaldesa, Isabel Ambrosio. Si el comercio y la hostelería son los grandes beneficiados tanto en el mes de mayo como ahora en Navidad, ¿por qué no van a contribuir de alguna manera a su financiación? No será fácil establecer la fórmula, pues habrá obviamente argumentos en contra, entre otros, los impuestos que pagan los negocios por ejercer su actividad. Podría darse el caso, además, de que un gasto extra achacado al sector para este tipo de iniciativas repercuta en los salarios de los trabajadores, ya precarios de por sí. Pero no está mal y hasta es necesario poner encima de la mesa este debate, eso sí, no como cortina de humo ni para camuflar lo que es competencia y deber exclusivos del Ayuntamiento y las administraciones públicas.

Este año, como insisto se ha dado cuenta en este periódico desde la semana pasada, se ha conmemorado el quinto aniversario de la declaración de los Patios como Patrimonio de la Humanidad, una efemérides a la que se llega con los deberes sin hacer. Los retos que apuntaba la fiesta entonces siguen ahora vigentes, salvo la honrosa excepción de la rebaja en la factura de Emacsa. El de implicar al sector privado es uno de ellos, pero se sigue echando en falta una apuesta decidida por la que es la seña de identidad y esencia de la ciudad y no volver a sacar debates cada primavera. Es intolerable que el Centro de Interpretación de los Patios siga cerrado y a pesar de los controladores seguimos sufriendo los problemas de la masificación. ¿Relevo generacional? Dudo de que nadie se haya preocupado aún de ello. Hay mucho camino por hacer pero al menos ya se ha empezado a andar.

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