Córdoba

El fiscal acusa al vecino de Posadas de actuar con "absoluto descuido"

  • La acusación particular critica que usar plaguicida en la casa fue una "barbaridad" y la defensa sostiene que la causa de la muerte de las niñas aún no se ha aclarado

El vecino de Posadas que usó plaguicida en su vivienda actuó con un "absoluto descuido" e intentó "matar moscas a cañonazos" al utilizar un producto altamente tóxico indicado únicamente para espacios abiertos para aniquilar unas cucarachas en su vivienda. De esta manera lo aseguró ayer la Fiscalía Provincial durante la última sesión del juicio que se sigue contra B. G. C., que se enfrenta a cuatro años de prisión por dos presuntos delitos de homicidio por imprudencia. El Ministerio Público sostuvo que, una vez interrogados los testigos y los peritos, queda demostrado que existe una relación de causalidad entre la "imprudencia grave" que supuestamente cometió y las muertes de las dos hermanas, de 5 y 9 años. "Tengo el convencimiento absoluto de que los fallecimientos se produjeron por inhalación de fosfina", insistió la fiscal.

La representante del Ministerio Público expuso, además, que las precauciones que tomó el vecino no fueron las aconsejadas por la ficha técnica del producto, pues se trata de una sustancia que sólo puede aplicarse en espacios abiertos y en lugares aislados, y B. G. C. "olvidó que alrededor de su casa había muchas personas". La fiscal puso en duda, además, que el procesado sólo usara 15 pastillas de plaguicida -como expuso el encartado durante su interrogatorio- y planteó la posibilidad de que hubieran sido incluso 900 dosis. "Sólo él sabe lo que hizo aquel día, pero no hizo nada bien", dijo la fiscal, quien reconoció que el vecino "debe mentir para defenderse adecuadamente".

El Ministerio Público también sembró dudas sobre otra afirmación que el encartado hizo durante el primer día del juicio, y negó que el fregadero se encontrara atascado. De esta manera, el fosfuro de aluminio que desprendieron las pastillas encontró vía libre a través del desagüe y llegó hasta la casa de los vecinos, donde actuó letalmente. La fiscal, de esta manera, aseguró que la muerte de las niñas "está clara", por lo que elevó la indemnización a los padres a 300.000 euros por los dos supuestos homicidios por imprudencia.

Mientras que el abogado de la acusación particular llegó a la misma conclusión y calificó de "barbaridad" la aplicación del plaguicida, el letrado de la defensa dijo tajante que el juicio "no ha podido aclarar con certeza absoluta lo que pasó". Aunque el abogado no planteó una hipótesis diferente al fosfuro de aluminio para explicar el fallecimiento de las menores, negó que el procesado fuese el responsable de los hechos. Es más, subrayó la "honradez" de B. G. C. por haber acudido al Hospital Reina Sofía con la etiqueta del producto con la intención de salvarle la vida a los padres. "Otras personas en esta tesitura se habrían callado", planteó el letrado. Para argumentar la defensa de su representado, el abogado insistió en que los cadáveres no presentaban restos de fosfina y tampoco los peritos que inspeccionaron el escenario del drama percibieron el olor del gas, que desprende un fuerte hedor a pescado podrido o ajo. El abogado dijo, además, que B. G. C. "tomó todas las medidas de prevención".

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