Festejos

Koski pone nombre de mujer al Carnaval

  • La chirigotera Carmen García pronuncia el Gran Pregón, que da paso a la fiesta en la calle, con un recuerdo a las agrupaciones femeninas y una defensa de la igualdad en las tablas

Koski, anoche en la plaza de las Tendillas.

Koski, anoche en la plaza de las Tendillas. / jordi vidal

"No fui yo la primera ni seré la última, pero si me subo hoy aquí es en nombre de todas esas mujeres que dejaron aparte su sentido del ridículo y su miedo al rechazo por salir en un grupo de carnaval". Así arrancó ayer Carmen García Koski el Gran Pregón del Carnaval que da paso a la fiesta en las plazas y calles de la ciudad. Chirigotera, comparsista (más lo primero que lo segundo), pero ante todo, carnavalera. Hacía ya años, muchísimos, que una mujer no pronunciaba el pregón carnavalero, la última fue la exalcaldesa Rosa Aguilar y mucho más atrás le tocó a María Isabel Quiñones Gutiérrez Martirio. Por esto mismo, por la poca visibilidad (que no presencia) que se le da la mujer en una fiesta llamada de la libertad, la Asociación Carnavalesca decidió este año concederle el honor a Koski de pronunciar estas palabras de apertura del Carnaval en la calle.

Y lo hizo como lleva haciendo carnaval desde los 13 años, arrancando risas y aplausos y rodeada de su grupo, de Las niñas, que se subieron al escenario para interpretar pasodobles y cuartetas de todas las agrupaciones que han pisado las tablas del Gran Teatro. Agrupaciones que han recogido cientos de ovaciones en todos estos años y que el concurso ha reconocido con un máximo de un segundo premio.

El máximo galardón lo consiguió con 'Qué bien bailan las hijas de Putin', un segundo

Fueron palabras de reivindicación, pero también de agradecimiento. Agradecimiento a esas mujeres que antes que Koski, que Las Niñas y Las Nenas, se liaron la manta a la cabeza, se llenaron los bolsillos de papelillos y se pintaron dos coloretes para demostrar que hacer reír y levantar el vello a través de las coplas no es sólo cosa de hombres. Carmen García recordó a grupos míticos femeninos (en su mayoría mixtos) como Las parejitas del año 2000 (1983), la primera agrupación que contó con mujeres entre sus filas y que participó en el concurso, Qué fue de aquellos sueños (1989), comparsa de Rafi Guillén, o Cleopatras (1991). "La mujer en carnaval era la modista, la maquilladora, la sultana, la novia de... hasta que aparecieron las primeras valientes", valientes a las que Koski dio ayer las gracias por abrir el camino.

La chirigotera fue narrando su idilio con el carnaval, que empezó en la puerta de una peluquería con una frase: "¡Oye niña! ¿Quieres salir en una chirigota". No se lo pensó. La decisión no le costó demasiado tiempo porque, como ella mismo dijo, "desde muy pequeña sabía lo que era una chirigota, una comparsa, un cuarteto y un coro. Conocía el carnaval en el teatro, en la calle, en los ensayos generales". Y lo sabía porque desde chica su padre le metió el veneno del carnaval, un padre al que, por aquel entonces, "le faltó llorar de emoción". La emoción llegó aquí, cuando la carnavalera recordó a su progenitor, fallecido hace unos años. "Tras Las brujas llegó una etapa complicada. Mi padre falleció en mayo y estaba pasando un mal momento, pero tampoco podía dejarlo porque él fue el que me enseñó a vivir el carnaval", relató Koski. Y menos mal que no lo dejó porque durante los años venideros llegarían chirigotas como aquella en la que comenzaron el concurso de despedida de soltera y lo acabaron en el convite o las ya inolvidable Qué bien bailan las hijas de Putin, grupo en el que las integrantes iban vestidas de bailarinas rusas y con el que consiguieron ese segundo premio.

Pero llegar hasta aquí no fue fácil, ni mucho menos. Koski recordó en su pregón que en el año 2000 salió en la chirigota Las esclavas de Nosferatum, primer grupo de carnaval compuesto por mujeres al completo. Ese año, le concedieron el premio a la mejor chirigota femenina "con el pequeño matiz", recordó irónica, "de que éramos las únicas mujeres que concursábamos".

Se escucharon los sones de pasodobles como Pellízcame, de En el fondo somos buenas, Llegaron nuevas, de Un antojo de mi madre o cuartetas como Gran plié, de Qué bien bailan las hijas de Putin. Y así, siempre al 3x4, Koski le puso al carnaval nombre de mujer.

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