Cáritas puso ayer en marcha el dispositivo móvil de atención nocturna a personas sin hogar -conocida como UVI social- ante la bajada de las temperaturas, un programa que cuenta ya con más de una década de años y cuyo principal objetivo es ofrecer atención a las personas que viven en la calle durante el invierno, a quienes se les ofrece leche, caldo caliente y ropa de abrigo. Fernando Serrano es el técnico responsable de este servicio, que parte cada lunes, miércoles y viernes desde la casa de acogida Madre del Redentor, ubicada en la avenida Campo Madre de Dios. Todos estos días y a partir de las 20:30, un equipo en el que participa Serrano junto a medio centenar de voluntarios -que se van rotando- inician una ruta que tienen ya preestablecida por diferentes barrios de la capital hasta lugares en los que se saben que se encuentran estas personas. "Vamos a barriadas periféricas, a polígonos industriales como las Quemadillas o Pedroche, y también a zonas de Arroyo del Moro y del centro", explicó. Hasta estos espacios llegan para darles esa ropa de abrigo o alimento, en una ronda solidaria que se prolonga hasta bien pasada la madrugada. La respuesta que reciben, continuó, "es buena y nos dicen, por ejemplo, que nadie se para a hablar con ellos durante el día". En este trabajo, Cáritas cuenta con el apoyo de Cruz Roja, que pone en marcha su unidad de ayuda los martes, jueves y sábados con el mismo objetivo.

El perfil mayoritario de estas personas es el de hombres de entre 35 y 40 años, si bien, Serrano reconoció que en los últimos años ha aumentado la presencia de mujeres, que acaban en la calle "por las adicciones que tienen". El responsable de Cruz Roja destacó que en todos estos años "hay personas que han logrado salir de esta situación, otros que han recaído y otros que se mantienen". El programa, según las previsiones que manejan en Cáritas, es que se desarrolle hasta segundo trimestre del año.