El concepto de economía circular empieza a sonar y lo hará cada vez con más fuerza. Son las palabras de moda en Europa y se enmarca dentro de las exigencias de Bruselas para lograr un mundo más sostenible. El objetivo de la economía circular forma parte de la estrategia Europa 2020 que pretende generar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador y se centra en reutilizar todo los reutilizable y aprovechar de manera eficaz todos los recursos. Una de las empresas municipales que lleva años aplicando esta economía circular es Sadeco, que esta semana ha expuesto en el Parlamento Europeo su propuesta para cerrar el círculo de la gestión de residuos a través del reciclaje. Sadeco, además, se resiste a la incineración de residuos y ha puesto en marcha diversas iniciativas para cumplir todos los objetivos sin echar mano de esta técnica. La aportación de proyectos novedosos es fundamental para lograr financiación europea y, con ese objetivo, se presentó ante el Parlamento Europeo.

El gerente de la empresa municipal, Javier Quijada, explica que cada persona genera diariamente 40 kilos de residuos, aunque sólo 1,2 se corresponden al ámbito doméstico, mientras que el resto se debe a las industria y otro tipo de contaminación. Los ciudadanos, por tanto, tienen un impacto bajo en la economía circular, ya que la mayoría de las medidas dependen de las directrices económicas y de la legislación. Los objetivos a los que compromete Europa son los siguientes. En primer lugar, hay que llegar a un 65% de reciclaje todos los residuos municipales en 2030. Sadeco ya alcanza el 50%. En segundo lugar, se apuesta por el reciclado del 75% de los residuos de envases -Sadeco está muy cerca de ese nivel- y limitar a un máximo del 10% el porcentaje de residuos que se eliminan en el vertedero.

Con estas directrices todavía hay un 25% de residuos con los que, en teoría, no se sabe qué hacer, puesto que no pueden ir al vertedero y, de momento, no son reciclados. ¿Cuáles son las propuestas que acepta la Unión Europea? La primera es no producirlos, algo realmente difícil, aunque sí se pueden poner en marcha campañas de concienciación para conseguir un consumo responsable. No comprar más de lo que se necesita. En segundo lugar la reutilización -reparar electrodomésticos que no funcionan, una práctica que cada vez se ve menos, así como el mobiliario, entre otras medidas-, después se situaría el reciclaje y, por último, la incineración.

Hay países, como Holanda o Alemania, que llevan años valorizando, aunque ésta es la última opción a la que se debería llegar, según la opinión de Quijada. Entre otros motivos, porque "para ser rentable hay que estar continuamente quemando residuos" y esto podría incidir en la reducción de las otras patas de la economía circular, que son la reutilización o el reciclaje. Otro de los motivos es que el coste de tonelada de residuos en el vertedero se sitúa entre los 20 y 30 euros, mientras que la preparación de residuos para incineradora puede alcanzar los 150 euros. ¿Qué se plantea desde Sadeco? Que "todo puede ser reutilizable o reciclado".

El 55% de los residuos que se generan son materia orgánica que se puede reutilizar como compos y el resto se dividen en plásticos, tetrabriks, textiles, metales o vidrio, que también están en una fase avanzada de reciclaje por procesos que ya están muy arraigados y a través de otras propuestas de Sadeco. Así, se plantean campañas para un consumo responsable, la reutilización a través de la reparación o las redes de trueque, la ya mencionada gestión de la materia orgánica o mejoras técnicas. Con un inversión de "apenas un millón de euros" se podría actualizar la planta de reciclaje de Sadeco, lo que incrementaría los niveles de reciclaje. "Aún hay margen de crecimiento", apunta Quijada. La empresa municipal está preparando un proyecto "muy novedoso" para optar a una línea de financiación europea que premia precisamente este tipo de apuestas para lograr la economía circular y los objetivos de reducción de residuos.