A menudo los hosteleros señalan como una de las mayores satisfacciones que otorga su trabajo la fidelidad de sus clientes. Ése es el premio a la dedicación diaria y a los esfuerzos volcados en un negocio. Esa satisfacción en el caso de la Cafetería Doce de Octubre va unido al del trabajo en familia que realizan Imara Rodríguez y Chelo Castillo, hija y madre que regentan esta cafetería que pronto cumplirá su primer año de apertura, después de echar a andar el pasado 4 de enero.

Doce de Octubre es una cafetería clásica, en la que uno puede disfrutar de un buen desayuno o una merienda deliciosa y tranquila. Imara y su madre Chelo sirven desde las siete de la mañana variados desayunos entre los que destacan su buena gama de panes, ya que también venden pan recién horneado, y el toque casero que aportan a todos los ingredientes entre los que el cliente puede elegir para completar sus tostadas. Los más golosos pueden además acompañar su desayuno con variada bollería y dulces artesanos. Por las tardes, desde las 16:00 y hasta las 20:00, llega el turno de disfrutar de un buen café o un té caliente. Para esta última elección, la Cafetería Doce de Octubre ofrece una amplia carta.

A la aventura de trabajar por cuenta propia, Imara Rodríguez llegó ya con cierta experiencia en el sector de la hostelería. "Siempre hemos estado trabajando en este tipo de negocios. Hace ya cerca de un año se nos dio la posibilidad de abrir esta cafetería y aunque eran momentos complicados por la crisis, nos decidimos porque nos pareció una buena oportunidad", asegura Imara. En el negocio, ella trabaja mano a mano con su madre, Chelo, algo que convierte el día a día en más llevadero. "Es una cosa que llevamos de maravilla, mejor imposible", asegura Chelo Castillejo sobre el hecho de trabajar con su hija, que apostilla que "siempre hemos estamos muy unidas y nos llevamos muy bien así que es un aliciente más".

El secreto del buen funcionamiento de esta cafetería, como señalan sus propietarias, es "la clientela fiel que por suerte tenemos, gente que a diario viene a empezar el día desayunando en nuestro local". Algo que siempre es de agradecer en un negocio de este tipo y supone una satisfacción y una recompensa a tantas horas de trabajo. Claro que para llegar a esa confianza y fidelidad con clientes que terminan convirtiéndose en algo más que eso, el trabajo previo es importante. "En ese sentido, lo que siempre intentamos es dar un servicio de calidad y con una sonrisa en la cara", asegura Imara. Un detalle en ocasiones menos común de lo que debiera ser y que ayuda a cualquier a arrancar el día con actitud positiva.