Paco Jémez torció el gesto cuando se le preguntó por Javi Hervás en la rueda de prensa de ayer. El canterano, ausente desde el 27 de abril por el esguince en la rodilla izquierda que se produjo contra el Guadalajara, "difícilmente" podrá jugar mañana en Valladolid. Ni siquiera entrará en la convocatoria de hoy porque "está muy bien, pero todavía tiene unas molestias cuando golpea en largo. El partido es lo suficientemente importante como para no poder contar con alguien que no está al cien por cien. Me encantaría que estuviera, porque es un futbolista que nos vendría muy bien, pero si no está perfecto, al cien por cien, ni siquiera me voy a plantear el hecho de llevarlo. Con todo, vamos a esperar al último entrenamiento, para que él vea las sensaciones que tiene, pero en principio es complicado".

Hervás cumple 23 años hoy. No los celebrará como él quisiera, pese a que el jueves por la noche se mostraba optimista en Twitter. Su recuperación iba a buen ritmo y todo apuntaba a que podría disponer de algunos minutos en Vigo el pasado domingo, pero el miércoles anterior volvió a dañarse la rodilla. Fue un parón terrible para el centrocampista, que no ha podido subirse a un carro del que tiró con calidad y jerarquía en la primera mitad de la temporada. Otros casos, aún más sangrantes, son los de Cristian García y Astrain, que ni siquiera han vuelto a ser citados por Paco a pesar de contar con el alta médica desde hace varios meses tras sus respectivas roturas del cruzado.

Porque el entrenador lo tiene claro: "Ahora hay que pedirles a los jugadores que sean honrados y nos hagan llegar sus sensaciones. Necesitamos a toda la gente que se pueda al cien por cien. Si no puede uno, un compañero de los que no ha venido jugando saldrá y lo intentará hacer lo mejor posible. Pero necesitamos gente fresquita y que esté al cien por cien". Mañana habrá algún cambio de inicio porque "nuestra dinámica de trabajo ha sido siempre ésta. Pocas veces hemos repetido un once, y posiblemente en Valladolid no será una excepción. Hay que ver cómo llega todo el mundo al final, y dependiendo de eso sacaremos la mejor alineación posible".

El plan de trabajo ha sido atípico esta semana. El Córdoba ha llegado a jugar seis partidos en 22 días (Recreativo, Girona, Cartagena, Murcia, Celta y Valladolid) y la gente va al límite. Ayer, la plantilla blanquiverde se relajó en el Vital Wellness Club, donde el spa -los fisioterapeutas se aplicaron con los mensajes- y el pádel sustituyeron al balón por un día, mientras que Djukic dio descanso a sus hombres.

La iniciativa buscaba "terminar de recuperar a la gente que jugó el miércoles" y "cambiar un poquito de aires". "Los equipos llegan a estas alturas muy cansados, con mucha tralla en las piernas y mentalmente", añadió Jémez, mas hay que echar el resto porque "nos queda ya una semana de competición, porque la semana que viene ya nos vamos de vacaciones. Así que yo creo que aguantaremos. Es poco tiempo y merece la pena".