Una sala de vistas más parecida a una cámara frigorífica en la que no sobraba una buena chaqueta a costa del aire acondicionado. Unos bancos sobre los que estar sentados a lo sumo, sumo, poco más de media hora por lo duro de la madera. Y sobres marrones acolchados y cerrados con grapas y cuerda de yute. Muchos sobres, quizás hasta demasiados, pero los justos y necesarios. No en vano, encerraban el resultado de los comicios del pasado domingo que ayer volvieron a abrirse de manera pública en la Audiencia Provincial. Una cita presidida por la Junta Electoral de Zona después de que varios partidos, entre ellos el PP, reclamaran la apertura de todas las actas con los resultados para intentar sacar algún que otro voto de más o restar algún que otro a su adversario.

Y así que se celebró en esa sala, que incluso llegó a duplicar su espacio para hacer más liviana la espera de aquellos que acudieron a dar fe de todo lo que pasaba, protestar ante sus señorías por no estar de acuerdo en la anulación de un voto o comprobar la picardía e imaginación del votante cordobés a la hora de mostrar su descontento con los integrantes de los partidos. Como suele ser tradicional, muchos cordobeses no se conformaron con meter en el sobre la papeleta de un partido político y, en su lugar decidieron dejar en su interior, por ejemplo, varias de ellas grapadas o una cortada en varias piezas o alguna que otra con dibujos pornográficos o mensajes malsonantes e hirientes contra la Monarquía. En otros sobres aparecieron fotos, por ejemplo, de los candidatos como una de la alcaldable socialista, Isabel Ambrosio, y varios con propaganda electoral y la fotografía del líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Fueron funcionarios de la Audiencia los que se encargaron de mostrar, tanto a los interventores presenten en la sala, como a militantes o simpatizantes de los partidos, en una especie de liturgia preparada a tal efecto. La jornada comenzó puntual a las 10:00 y no se detuvo en ningún momento. La razón, estaba prohibido por la ley electoral. Así que del tirón y sin descansos. Para ello, los jueces se fueron turnando a lo largo de toda la jornada -el recuento no concluyó hasta pasadas las 21:30- para no dejar de contar y contar papeletas, votos en blanco y nulos.