Córdoba

Cañero quiere seguir siendo Cañero

  • Los vecinos se oponen en su mayoría a cambiar el nombre de su barrio y piden a la Junta que priorice otros problemas y que acepte la historia de España

En apariencia, la tranquilidad inundaba ayer todos los rincones de la popular barriada de Cañero. Pero todo era eso, una apariencia. Los vecinos que aprovecharon la soleada mañana de ayer para pasear o para hacer las compras antes de la hora del almuerzo no pudieron evitar el comentario sobre la intención de la Junta de cambiar el nombre a su barrio. Una propuesta que para ellos no tiene sentido alguno, ya que, según defienden, la historia de España es la que es y su barrio, lo quiera la Junta o no, siempre se ha conocido como el barrio de Cañero.

La polémica estalló el pasado martes cuando el director general de Memoria Histórica de la Junta, Luis Naranjo, abogó porque esta zona de la capital tenga otra denominación a tenor de lo que marca el anteproyecto de ley de Memoria Democrática, aprobado por el Gobierno andaluz de PSOE e IU y que iniciará en breve su recorrido parlamentario. La Junta asegura que no tiene sentido que el barrio se siga llamando Cañero, puesto que hace referencia a una persona considerada como "un genocida" de la dictadura franquista. Pero lo que no tiene sentido para vecinos como Ricardo Martínez es que la Junta se preocupe en estos momentos por este asunto cuando muchas familias de la zona están padeciendo las consecuencias de la crisis. "Lo que debería hacer la Junta es preocuparse más por las necesidades básicas de la población y no por cómo se llama o se deja de llamar a un barrio", comentaba ayer Ricardo con algunos otros vecinos en un banco de la plaza del barrio. Todos respaldaron esta opinión y se remontaron a sus recuerdos de niñez. "Las casas que se ven se construyeron gracias a Cañero que donó los terrenos a Fray Albino para su edificación, así que aquí lo único que podemos estar es muy agradecidos por lo que este hombre hizo", insistió Ricardo.

Frente a la parroquia, otro de los emblemas de la barriada, María de los Ángeles Raya hablaba con sus amigas de la polémica surgida. "La ley se aprobará y si quieren pues le cambiarán el nombre a la barriada. Pero, tienen que tener muy presente que Cañero es una institución, lo quieran o no", aseguraba. Y es que para ella, decir Cañero supone referirse a uno de los barrios más castizos de la ciudad por el sentir de sus vecinos. "No hay que opinar sobre lo que hizo el rejoneador en su día sino lo que para nosotros significa seguir llamándonos el barrio de Cañero". Al igual que ella sus amigas Pepi Artacho y Sofía de la Torre defendieron a capa y espada que, aunque la Junta consiga ponerle otro nombre, para sus vecinos "seguirá siendo siempre Cañero".

En todos los negocios del barrio la conversación era muy similar. Unos y otros comentaban e, incluso, se indignaban ante la propuesta de la Junta. Josefa Martínez comentaba en una panadería, sin poder reprimir su enfado, que ella fue una de las primeras inquilinas en llegar cuando se construyeron los pisos hace ya unos 60 años. "Yo soy una de las primeras vecinas y me gusta como se llama mi barrio. Que no venga nadie aquí a imponernos nada porque no sé lo que hizo Cañero, pero para este barrio fue todo bueno", insistió.

A tan sólo unos metros Francisco Romero, propietario de Autoservicios Hermanos Romero, departía con sus clientas sobre el asunto de actualidad. "No conozco el tema muy a fondo, pero no entiendo por qué hay que llamar al barrio de otro modo. El Franquismo, lo quieran o no, forma parte de la historia de España y en aquel entonces eran muchos los que estaban obligados a apoyar al Caudillo para no hacerse notar", señaló. Al igual que Francisco, José Ortiz, dueño de la Carnicería 90, aconsejó a la Junta que "deje las cosas como están si no quieren el rechazo del pueblo".

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