palma del río

Cinco décadas de altos vuelos

  • Faasa Aviación celebra su 50 aniversario en el aeródromo Sebastián Almagro

  • La compañía gestiona un volumen de negocio de 57 millones

La empresa palmeña Grupo Faasa celebró ayer su primer medio siglo de vida, en un acto que aglutinó a más de 500 personas en el aeródromo Sebastián Almagro, nombre del que fuera el precursor de esta compañía cuya labor más notoria se centra en la extinción de incendios en territorio nacional e internacional. Para conmemorar esa vocación de vuelo -como resume su lema-, la cita reunió a empleados, familiares, miembros del consejo de administración de la entidad como su presidente, Miguel Ángel Tamarit, junto a diversas autoridades institucionales entre las que se encontraba el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, el alcalde de Palma del Río, José Antonio Ruiz Almenara (PSOE), el vicepresidente cuarto de Diputación, Salvador Blanco, y el delegado de Agricultura de la Junta, Francisco Zurera.

En el interior del hangar, bajo una llamativa avioneta Pipper cuyo sobrenombre de Pawnee dio en sus comienzos el desaparecido aviador Almagro, el acto arrancó con una misa tradicional con motivo de la festividad del día de la Virgen de Loreto -patrona de la aviación-. Cuando concluyó la eucaristía, la presentadora Paz de Alarcón puso de relieve algunos aspectos de "una empresa familiar que trata de transmitir valores" y una cultura asentada en dos pilares: los pilotos y los clientes.

Las 90 aeronaves de Faasa, entre helicópteros y avionetas, prestan servicios tanto en prevención, vigilancia y extinción de incendios como en rescate de montaña, trabajos de altura, transporte sanitario o de pasajeros, además de vigilancia y coordinación. Desde el Grupo Faasa se gestionan en torno a un centenar de bases aéreas, la marca cuenta con presencia en cinco países y, a lo largo de estos últimos 15 años, la oferta formativa para pilotos o mecánicos ha preparado a 500 profesionales en las dependencias del aeródromo palmeño.

Sobre el medio siglo de vida de la compañía habló el presidente de Faasa en su intervención, quien señaló que "las cosas no perduran en el tiempo si no se cree en lo que se hace". Tamarit se mostró agradecido por la dedicación de la que él denomina "familia faasiana" y admitió con un doble sentido cómo todo este tiempo "a nosotros se nos ha pasado volando". El presidente recordó también que, según las estadísticas, el 20% de las empresas familiares sobreviven a la segunda generación, mientras que Faasa se encuentra entre la segunda y tercera generación. Por eso, dijo, "creo que nuestro secreto para romper la estadística ha sido mantener la filosofía de la reinvención". Una reestructuración que la compañía ha sabido dar tras algunos momentos difíciles como en la década de los 70 cuando la plantilla no superaba las 30 personas y, algunas veces existía "dificultades para pagar la nómina", indicó. No obstante, esa situación revierte a mediados de los años 90 cuando Faasa pasa de la fertilización agraria a dedicarse a tareas de extinción de incendios.

Actualmente, la firma ha consolidado un modelo de negocio que supera los 57 millones de euros y cuenta con 430 empleados; en los últimos diez años Faasa ha invertido más de 150 millones de euros y tiene previsto destinar 20 millones en los próximos tres años para "consolidar aún más nuestra posición en la actividad de referencia", avanzó Tamarit. Los trabajos de esta marca perteneciente a la familia Tamarit-Almagro llegan a 25 provincias españolas, pero también al mercado internacional con presencia en Italia, Chile, Uruguay o Perú; una ramificación que alcanza gracias a sus Elitellina, Caena, Faasa Chile, Calquin o la Fundación Sebastián Almagro, esta última centrada más en la divulgación del mundo del vuelo y eventos como el Festival Internacional de Aeromodelismo Sebastián Almagro. "Empresas como la que sustentan el Grupo Faasa tienen que ser nuestro referente", subrayó en el secretario general de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Antonio Carrillo.

El alcalde palmeño, por su parte, cerró la parte institucional del acto con el agradecimiento en nombre de la localidad y del Ayuntamiento "por poner a Palma del Río en el mapa". En relación a la formación de profesionales del sector, el primer edil comentó que no ha visto "en ningún otro curso más eficacia y rentabilidad".

La celebración de estas cinco décadas de vida de Faasa continuó con una visita de los diferentes helicópteros y avionetas que conforman parte de la flota, un recorrido en la zona delantera del hangar en la que los invitados pudieron conocer las características de las maquinarias expuestas en la pista gracias a la explicación de tres pilotos. Mientras tanto, entre esos "pájaros metálicos" aún resonaba ayer aquella fecha del 31 de diciembre de 1966 cuando el aviador jiennense Sebastián Almagro Castellanos fundó la empresa Fumigación Aérea Andaluza Sociedad Anónima (Faasa).

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