Córdoba cuenta ya con 665,5 megavatios (MW) de potencia eléctrica renovable, lo que representa el 64% de la potencia eléctrica total de la provincia, en su mayoría procedente de solar termoeléctrica y fotovoltaica y biomasa. Los datos los recoge la Agencia Andaluza de la Energía, entidad adscrita a la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, que afirma que el aprovechamiento de los altos recursos renovables que posee Córdoba supone dotar a ésta de una energía "autóctona, segura y en armonía con el medio ambiente, frente a la amenaza del cambio climático y la acentuación de los problemas de suministro energético". La provincia -destaca la Consejería- ha sabido adaptarse y su escenario energético ha cambiado en los últimos años, evolucionando desde un sistema centralizado de generación basado en combustibles fósiles hacia una "mayor eficiencia" de la generación distribuida que aprovecha los recursos autóctonos renovables.

Córdoba es, de esta manera, la segunda provincia en producción de energía termosolar, al contar con 299,8 MW que abastecen a una población equivalente de 150.000 hogares. Existen seis centrales -dos ubicadas en El Carpio, tres en Palma del Río y una en Fuente Palmera-. En materia de energía solar fotovoltaica, la provincia posee actualmente 195,11 MW de potencia eléctrica instalada, que la sitúan de nuevo como la segunda provincia andaluza en esta tecnología; representan el 22% andaluz.

Otra tecnología renovable en la que Córdoba es puntera es la biomasa eléctrica. La provincia cuenta una potencia total de 81,14 megavatios, (31% andaluz), distribuidos en ocho plantas, de las 18 con las que cuenta Andalucía. Estas tienen capacidad para abastecer el equivalente al consumo eléctrico de unos 122.000 viviendas. Las plantas se encuentran ubicadas en los municipios de Baena, Cabra, Cañete de las Torres, Lucena, Palenciana (tres) y Puente Genil.

La biomasa es una de las principales fuentes renovables en Andalucía y con mayores posibilidades de desarrollo, destacó la Consejería. Asimismo, es la fuente renovable que más aporta en términos cuantitativos a la estructura de la demanda energética andaluza. En la provincia, existe una gran tradición de uso térmico de la biomasa en el sector industrial, debido principalmente a la existencia de industrias de aceite de oliva y al sector agroalimentario que son las fuentes de biomasa (orujillo, hueso de aceituna o cáscara de frutos secos).

A esto se suma la energía que aportan las dos plantas de aprovechamiento del gas de vertedero (biogás), que en los últimos años están proliferando en Andalucía, con una potencia eléctrica total instalada de cerca de tres MW. El primero se encuentra ubicado en el estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de La Golondrina, en Córdoba capital, y aprovecha las aguas residuales para generar autoconsumo eléctrico. El segundo se ubica en el vertedero que la Diputación de Córdoba gestiona en la localidad de Montalbán y, en este caso, está conectado a la red.

En el conjunto de Andalucía, la Junta destacó que la generación de energía térmica con biomasa cuenta con una tradición de uso industrial muy significativa asociada principalmente a la industria oleícola, que ha sabido aprovechar como combustible los propios residuos de la extracción del aceite. Jaén y Córdoba continúan siendo las provincias de mayor consumo gracias al incremento de actividad de la industria oleícola. La Junta auguró que el incremento del sector residencial proporcionará en un futuro una mayor estabilidad de los consumos térmicos con biomasa, la no dependencia de un único sector (oleícola) y sobre todo la creación de un mercado de generación y distribución de pelets, leña y otros biocombustibles con una alta repercusión en el empleo de las zonas rurales.