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La realidad está de vuelta

  • Pasado el aluvión blanco, de larga resaca, el CCF afronta una cita clave para su despegar en la tabla ante un rival que sólo tiene tres puntos más Djukic tira de todo, pero tocará poco

Pasado el huracán blanco, que dejó algún daño colateral, pero una buena dosis de confianza, el CCF encara hoy uno de esos partidos bisagra que pueden marcar un antes y un después en el campeonato. El conjunto blanquiverde vive un momento dulce que debe ser refrendado con puntos para que el horizonte termine de despejarse. Y más si cabe cuando el rival pasa a ser directo cuando en su cabeza había estrellitas y viajes por Europa hace sólo unos meses. El Celta tiene sólo tres puntos más tras una fase negativa que dura ya más de dos meses, lo que hace que hoy su técnico se juegue el puesto. Carrusel de sensaciones, contrapuestas, que de ser bien leídas por el equipo de Djukic, puede pasar a ser el arma más importante en un Balaídos que comenzará animando, si bien si se tuerce la cosa...

Cuando el CCF recibió al Celta en la primera vuelta, el empate se dio por buenísimo porque parecía que había un mundo entre ambos equipos. Hoy sólo hay tres peldaños de una escalera en la que los blanquiverdes suben y los gallegos bajan al mismo ritmo. Mantener la tendencia es el objetivo con el que los de Djukic llegan a tierras viguesas. La derrota ante el líder, al margen de dejar la expulsión de Fede Cartabia, sirvió para refrendar el trabajo colectivo de un conjunto que va claramente a más de un tiempo a esta parte. Pero eso es básico que se vea reflejado en la clasificación, que es lo que al final dicta sentencia. Ganar hoy sería el despegue definitivo y metería en el lío a otro equipo más que, al no estar preparado para esta guerra, lo mismo sufre para salir del pozo.

Parece claro que viendo el panorama, lo que hoy se vea en Balaídos poco o nada tendrá que ver con el espectáculo que se dio en la última visita, cuando la rianxeira festejaba el regreso celeste a Primera mientras los blanquiverdes ponían la primera piedra hacia un ascenso que llegó hace unos meses. Hoy, esos cánticos de alegría han sido cubiertos por las meigas en un viaje de sur a norte que debe tener continuidad en el verde.

Ahí, Djukic pondrá todo lo que tiene en sus manos. Aunque no se esperan grandes cambios en la alineación, sí hay alguno forzado. El lugar de Cartabia se lo han venido disputando Borja García y el capitán Abel hasta que llegó Héldon para montarse ya hoy en el vuelo chárter que llevará a la expedición hasta Galicia. De hecho, visto lo que el serbio hizo con Bebé y Edimar, no es nada descartable que el caboverdiano actúe de inicio. No en vano, su rapidez puede ser letal para un equipo que se ha acostumbrado a jugar a la contra y explotar los espacios que deja el rival. El Celta se adapta, en principio, perfectamente a ese papel. Y ya hay hasta quien se relame...

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