Córdoba

Un Corpus muy reivindicativo

  • El obispo, Demetrio Fernández, hace un llamamiento a la caridad y sostiene que ésta "no paraliza el progreso, sino que promueve la esperanza, aunque lo diga Karl Marx"

La demanda de ayuda de Cáritas Diocesana se incrementó un 40% el año pasado y ahora se centra en lo más básico, como la alimentación. La crisis ha provocado que numerosas familias tengan que recurrir a esta organización para poder salir adelante. Por ello, el obispo, Demetrio Fernández, hizo ayer un llamamiento a la caridad en la misa del Corpus Christi, para aquellas familias que, por culpa de la crisis, no pueden llegar a fin de mes.

Durante la homilía, el prelado insistió en varias ocasiones en la importancia y en la necesidad de prestar esta ayuda a los demás y aseguró que ahora "son muchos los que carecen de trabajo y no tienen alimentos imprescindibles de la vida diaria; son muchos y no están en África". "Es el momento de la caridad y de privarnos de lo que podamos", insistió. La llamada a la colaboración con entidades como Cáritas fue constante en su intervención, así como su agradecimiento a la labor que desarrolla y la ayuda que presta. La caridad cristiana, continuó Fernández, "nos compromete toda la vida, nos despoja de todo para poder compartir y aliviar las necesidades de los demás".

La misa de ayer reunió a varios miles de personas en la Catedral, que por segundo año consecutivo acogió la celebración del Corpus Christi a las 08:00; hasta el templo principal de la Diócesis acudieron desde el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, el presidente de la Audiencia, Eduardo Baena, y representantes municipales, como el edil de Patrimonio, Rafael Jaén, o el concejal de UCOR Rafael Gómez. Fue el propio obispo quien en 2010 decidió cambiar el horario vigente -por la tarde- para evitar, en gran medida, las altas temperaturas de la jornada. Para ello hubo que madrugar, y mucho. Aún así, la respuesta fue masiva y fueron muchos los pequeños que acudieron a la misa en la Catedral vestidos de primera comunión.

La misa dio paso a la procesión del Corpus Christi y antes de las 09:30 la custodia de Arfe -adornado con rosas blancas y magnolios- llegó al Patio de los Naranjos, repleto de gente. El cortejo discurrió a un ritmo bastante rápido por las calles -todas cubiertas por romero, juncia y hierbas aromáticas- Cardenal Herrero, Judería, Deanes, Conde y Luque, la plaza Agrupación de Cofradías, Blanco Belmonte, Ángel de Saavedra, Juan Valera, Santa Victoria, la Plaza de la Compañía, Duque de Hornachuelos hasta llegar a la plaza de las Tendillas, donde tuvo lugar el acto central con la bendición del Santísimo, en el que el obispo intervino de nuevo. Fue aquí donde el prelado hizo otra vez un llamamiento a la caridad, de la que aseguró que "no paraliza el progreso, aunque lo diga Karl Marx, sino que promueve la esperanza".

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