La sentencia

El sol escolta la salida de Jesús

  • Las altas temperaturas marcan la primera parte del recorrido de la cofradía.

LOS hermanos de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia también miran al cielo. Pero no temerosos, como otros años, de que un chubasco pueda frenar la ansiada salida procesional, sino algo sorprendidos por el calor que se respira ya desde por la mañana en la ciudad. Alrededor de la iglesia de San Nicolás se van agolpando devotos y jóvenes, muchos jóvenes. Toda una suerte que en casi toda la plaza la sombra permita el alivio, mientras que algunos comentan que el Señor iría escoltado este año no sólo por los romanos del misterio, sino por un intenso calor tan cordobés como la propia hermandad. Falta poco para que el paso de Jesús salga por la estrecha puerta de San Nicolás y, lo que son las cosas, muchos de los que hace dos años sujetaban paraguas ahora buscan el efecto de la brisa que, de vez en cuando, refresca la espera. Los más previsores ya cargan con una botella de agua fría, sabedores de que el sol apretará durante gran parte de la tarde, mientras que madres y abuela desempolvan los abanicos para batirlos con maestría ante hijos y nietos.

Sólo paran cuando el capataz del misterio anuncia que todo está listo. Pasan unos minutos de las 17:00 y el silencio reina en los alrededores del céntrico templo cordobés. Despacio, muy despacio, los costaleros sacan con mimo el paso, una tarea complicada ayer por un leve incidente con la lanza de uno de los romanos, que obliga a demorar la salida. El calor sigue apretando y se nota desde el inicio en los hermanos, en los costaleros y en los muchos cordobeses vinculados al mundo del Derecho, que por tradición no se pierden la salida de la cofradía.

Cuando el paso del misterio está ya en San Felipe le toca el turno a la Virgen de Gracia y Amparo. Su salida, igual de compleja, y también obliga a un esfuerzo extra por parte de los costaleros, que atienden las indicaciones del capataz para realizar una maniobra que, vista desde fuera, parece casi imposible. Casi una hora después, la hermandad enfila ya Gondomar para después ir descendiendo hacia la catedral, donde llega cuando aún brillaba la luz del día y el calor todavía hace mella entre nazarenos, costaleros, músicos y público, que esperan con ansia la caída del sol para que el tiempo refresque. Sevilla está muy presente este año en esta hermandad cordobesa, sobre todo en el plano musical, ya que dos agrupaciones de esa provincia acompañan a los pasos en su recorrido procesional. A la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol le toca ir detrás del misterio, mientras, que la Banda de Nuestra Señora del Águila de Alcalá de Guadaira lo hace tras la virgen.

Con la llegada de la noche el ambiente se hace más respirable y el intenso calor da paso a algo más de fresco tras un recorrido en el que intenso calor hace más duro el camino y se convierte en el tema de conversación entre los hermanos tras el cierre. Este año también se mira al cielo, pero no hay nubes amenazantes, sólo sol.

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