La Piedad

La gran devoción por La Piedad

  • La cofradía de Las Palmeras espera llegar a carrera oficial en los próximos años

Como cada Martes Santo los vecinos de Las Palmeras salieron a la calle para presenciar una estanción de penitencia muy singular: la del Cristo de la Piedad y la Virgen de Vida, Dulzura y Esperanza Nuestra. Ambas imágenes recorrieron, desde las 19:00 hasta las 23:00, las calles de varios barrios de Poniente siempre acompañadas por un nutrido grupo de devotos, que gracias a su solidaridad hacen posible la salida de este paso desde hace doce años.

La imagen del Crucificado, de autor desconocido, y la imagen mariana, una talla del siglo XIX cedida por los claretianos, son llevados a hombros por una cuadrilla de 80 costaleros, cuarenta hombres y cuarenta mujeres, y acompañados por medio centenar de nazarenos que durante más de tres horas los alumbran con la luz de sus velas.

Por primera vez, el acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de Villaharta, que a través de su música consiguió marcar durante toda la procesión un ritmo constante cargado de sentimiento. Las notas musicales conseguían que el paso del Cristo de la Piedad, realizado en madera de caoba con cartelas doradas, resplandeciera, y que su austera ornamentación -compuesta de cirios, y claveles rojos y grises- se hiciera grande. Igualmente, la Virgen, que lucía un manto de brocado verde con hilos de oro y plata, desprendía un aura especial.

La meta de esta humilde cofradía es llegar a carrera oficial, aunque no dudan de que con su constancia y perseverancia lo conseguirán en los próximos años.

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