Francisco Adame, un vecino de Fuente Palmera, comenzó ayer un encierro en la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para exigir el cese de la actividad de una vaqueriza con 118 cabezas de ganado que se encuentra instalada a poco más de dos metros de su vivienda. Adame explicó que esta instalación ganadera genera la aparición de moscas, ratas y olores, por lo que resulta "imposible" abrir las ventanas y que tanto él como su familia puedan vivir con normalidad. La situación se remonta a 1992, recordó Adame, quien insistió en que desde la instalación de los primeros pesebres dirigió quejas ante su Ayuntamiento, la Delegación de Agricultura, Medio Ambiente e incluso el Parlamento Europeo. Además, pidió ayuda al Defensor del Pueblo, que según ha indicado Adame, le ha dado la razón en dos ocasiones y ha instado a las administraciones a actuar.

Durante este tiempo, el Ayuntamiento de Fuente Palmera dictó un decreto para solventar esta situación que fue recurrida por el propietario de la vaqueriza, si bien un juzgado de lo Contencioso Administrativo dio la razón al Consistorio. Un decreto de la Delegación de Medio Ambiente del pasado 13 de febrero acordaba la "inmediata suspensión de la vaqueriza", ante "el riesgo de que se produzcan daños de carácter irreparable, en tanto que la actividad se ejerce de forma irregular". Según Adame, ya se ha cumplido un mes desde que este acuerdo se tenía que haber ejecutado, pero si denuncia a Medio Ambiente o al Ayuntamiento por incumplimiento de los decretos "aumentaría el tiempo de espera". Por ello, se ha decidido a llevar a cabo esta protesta que pretende alargar hasta que cese de la actividad de la vaqueriza, porque ya está "harto". De momento, Medio Ambiente le ha comunicado que la ejecución del decreto está pendiente de aclarar como se trasladan los animales.