El Juzgado de Pozoblanco dejó ayer en libertad con cargos a los dos ganaderos detenidos por la agresión a un veterinario de la Oficina Comarcal Agraria (OCA) el miércoles por la mañana. Los investigados, dos hermanos, huyeron del lugar de los hechos tras la agresión y fueron detenidos horas más tarde por la Guardia Civil por supuestos delitos de homicidio en grado de tentativa, lesiones y coacciones, según informaron ayer fuentes del Instituto Armado. Tanto la Delegación de Agricultura como el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) han anunciado que se presentarán como acusación particular.

El presidente regional del SAF, Carlos Sánchez, denunció ayer que el problema de la OCA de Pozoblanco es la "falta de personal", una situación que se repite en las alrededor de 50 oficinas que prestan este servicio en el conjunto de Andalucía. "Hay veterinarios que desempeñan funciones de inspección sin tenerlo que hacer", lamentó Sánchez, quien advirtió además de que, cuando se produce un incidente violento con un ganadero, no existe un protocolo de actuación oficial como sí tienen la sanidad o la educación. Y ello pese a que, como sanitarios y docentes, también los veterinarios de las OCA son "autoridad pública". El responsable del SAF, por otra parte, tildó de "parche" el anuncio del delegado de Agricultura, Francisco Zurera, de poner seguridad privada en las OCA de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, pues advirtió de que si la plantilla sigue mermada "no se solucionará nada".

El suceso del miércoles se produjo después de que el profesional notificara a la familia de los arrestados la clausura de una explotación ganadera en Dos Torres por la supuesta comisión de diversas irregularidades sostenidas en el tiempo. La notificación se produjo en el puesto de la Guardia Civil, aunque la madre de los presuntos agresores, titular de la explotación, se negó a firmar .

A su regreso a la OCA, y según narró la propia víctima, José Madrid, fue sorprendido por la espalda por los dos hijos de la mujer, que le propinaron supuestamente diversos puñetazos en la cabeza, hasta el punto de reventarle el tímpano, e intentaron tirarlo por las escaleras. Según Madrid, los dos jóvenes habían dejado su vehículo aparcado en doble fila a las puertas de la OCA, así que huyeron tras la agresión.