La suerte se detuvo ayer en Luque, Nueva Carteya y, sobre todo, Cabra, tras bastantes años sin hacerlo, y de qué forma. El sorteo de Navidad de la Lotería Nacional dejó más de medio millón de euros en el municipio, concretamente a través de dos billetes completos del número 7.617, uno de los dos cuartos premios, y un décimo del segundo premio, el 92.845. Este último, el de mayor cuantía con 125.000 euros, fue expendido mediante sistema automático en la Administración de Loterías número 4, sita en la barriada Virgen de la Sierra.

Los propios loteros, Francisco Aguilera y Carmen Arroyo, tuvieron conocimiento de la noticia a través de los medios de comunicación puesto que al tratarse de un número generado por el terminal oficial no constaba entre los que tenían consignados. De hecho, aún desconocen la identidad del agraciado.

Una alegría que ya anticipó a eso de las 10:30 otra administración egabrense, en este caso la número 2 situada en el pasaje de la calle Redondo Marqués, donde se vendieron 20 décimos del cuarto premio, que suman un total de 400.000 euros. Según confirmó a El Día su responsable, Elena Vivar, el número ahora premiado, en primera instancia, no fue consignado en su establecimiento puesto que llegó "a petición de un cliente", concretamente el propietario de un conocido establecimiento hostelero del municipio y que buscaba un número para venderlo entre su clientela. Procedentes de Cuenca, el destino quiso que esos mismos billetes "pasaran antes por Baena" antes de recalar en este despacho egabrense.

Lo anecdótico surgió cuando, tras comprobar la lotería en persona, el hostelero declinó el encargo para optar por otro número. "Como al final no lo quiso, lo pusimos en ventanilla", apuntó la lotera, quien confirmó que en su totalidad los décimos fueron adquiridos por clientes habituales, que se llevan la nada desdeñable cantidad de 20.000 euros. Buen año para esta administración del centro de Cabra, que el pasado 10 de marzo ya repartió más de 1,5 millones de euros a un cliente que consignó un boleto agraciado con el pleno al 15 de la Quiniela.

En Luque, la administración de la calle Carrera vendió dos décimos del segundo premio -el establecimiento ya repartió 750.000 euros en el último sorteo del Niño-. Y un décimo de la misma categoría fue a parar a una vecina de Nueva Carteya, como así decidió el terminal electrónica de la administración de María del Carmen Priego. "La venta había ido regular, pero el domingo hicimos una chocolatada y posiblemente se compró en ese momento", decía a primera hora de la tarde la lotera, muy emocionada por la noticia.