Provincia

Una "ola de cariño" para Miguel

  • Cientos de personas despiden al niño de 14 años fallecido en el parque natural de Cazorla de manera accidental El obispo, Demetrio Fernández, felicita a los voluntarios en la búsqueda

La parroquia de Santiago Apóstol, el mayor templo de Montilla, se quedó ayer pequeña para despedir a Miguel Serrano, el menor cuyo cuerpo fue hallado el lunes a unos cuatro kilómetros del camping del Puente de las Herrerías, lugar en el que pasaba unos días de descanso junto a sus padres y del que desapareció en la tarde del Jueves Santo. Voluntarios participantes en la angustiosa búsqueda del joven, compañeros del instituto de Educación Secundaria Inca Garcilaso, integrantes de Protección Civil y vecinos arroparon a la familia en la ceremonia religiosa presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.

Pese a que la familia había solicitado que la despedida a Miguel fuese un acto íntimo -no se permitió el pésame en la iglesia para aligerar la ceremonia-, las coronas y los ramos de flores se contaron por decenas y la parroquia se quedó pequeña. "Es un momento en el que sobran muchas palabras", dijo el obispo al inicio de una alocución en la que explicó el porqué de su existencia al funeral: "He querido estar con vosotros para felicitaros porque habéis sido capaces de expresar vuestra solidaridad. Sois un ejemplo para todo el mundo, habéis sacado lo mejor de vosotros mismos", dijo el prelado.

Durante la sentida homilía hubo palabras para voluntarios y familiares; también para los compañeros de clase de Miguel. "Experimentar lo que significa la muerte con esa edad despierta más emoción si cabe". Y, por supuesto, el obispo se refirió a lo que Miguel, un niño con síndrome de Down, significó para su entorno: "Este tipo de niños son enormemente cariñosos y suscitan un cariño que no es común. Por eso su muerte ha sido objeto de un cariño multiplicado por parte de todos".

Tras la denuncia por la desaparición de Miguel el pasado jueves en el parque natural jiennense, la llamada de ayuda de la familia despertó una ola de solidaridad que llevó al Ayuntamiento a fletar cuatro autobuses el Domingo de Resurección. Aparte de decenas de integrantes de la agrupación local de Protección Civil, a Cazorla se desplazaron numerosos vecinos de Montilla. Algunos conocían a Miguel y a su familia, pero otros muchos no. La búsqueda resultó infructuosa y, tras casi cuatro días de angustia, el cuerpo fue hallado en la tarde del lunes a cuatro kilómetros del cámping donde se alojaba con su familia. La autopsia desveló que la muerte fue accidental tras recibir un fuerte impacto en la cabeza.

"Esta ola de cariño que Miguel está recibiendo es como una brisa, como un regalo de Dios para la familia", subrayó el obispo, quien recordó a los padres que el joven posee "un alma pura, como la de un ángel". "Para Miguel, el camino al cielo ha sido fácil y expedito, sin ningún pecado. Se encuentra en buen sitio", animó a los progenitores.

La madre, Encarnación Dobladez, llegó a la iglesia acompañada de familiares minutos antes del inicio de la ceremonia, mientras que el padre acompañó el féretro, rodeado de decenas de coronas de flores de amigos, familiares y de numerosas asociaciones y colectivos de Montilla y la comarca. Al término de la ceremonia, ya en la calle, los progenitores fueron arropados con un emocionante aplauso por los vecinos asistentes al sepelio. La localidad vivió ayer el tercer día oficial de luto decretado por el Ayuntamiento, aunque tendrán que transcurrir muchos más para asimilar esta muerte inesperada.

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