Provincia

La falta de fondos demora la apertura del museo de la Fábrica de Harina

  • La alcaldesa señala que la intención del Consistorio es abrir este espacio, pero que ahora no pueden asumir contrataciones

La escasez de presupuesto es la principal razón por la que se está demorando la apertura y puesta en funcionamiento del museo de la Fábrica de Harina en Peñarroya-Pueblonuevo. Así lo ha confirmado la alcaldesa de la ciudad, María Gil (PP), quien ha señalado que aún no hay fecha para eche a andar este espacio debido a la falta de disponibilidad económica para poder hacer contrataciones, si bien su intención es la de abrir este museo a la mayor brevedad.

"El problema de la Fábrica de Harina es que no podemos hacer contrataciones y su apertura llevaría la contratación de una persona que estuviera allí, a lo que se une las labores de publicidad, pero por el momento no podemos ampliar más gastos", indicó Gil.

En 2008 comenzaron los trabajos de remodelación de la Fábrica de Harina de Peñarroya-Pueblonuevo, unas mejoras que se hicieron a través de un taller de empleo. En el inmueble se ha edificado un Museo del Pan con todas las máquinas que se conservan en buen estado. Se trata de un edificio del siglo XIX que ha estado en funcionamiento hasta la década de los 90. Los propietarios, la familia Espadas, siempre han puesto como condición para la donación que se conserve la fábrica, ya que para ellos tiene una gran carga sentimental y es uno de los edificios más emblemáticos de la localidad, de la que vivían unas 40 familias peñarriblenses.

En la actualidad sólo quedan dos fábricas de este tipo en España. El museo llevará el nombre de Antonio Espadas, fundador de la fábrica, después de que su familia haya alcanzado un acuerdo con el Consistorio por el que pasó a manos municipales una parcela de algo más de 11.000 metros cuadrados, en los que se construirán viviendas. Una de las actuaciones que se han llevando a cabo ha sido la instalación de un ascensor exterior con una pasarela de acceso al edificio, que permitirá la visita al mismo, el cual contiene toda la maquinaria original de la antigua fábrica de harinas. Esta intervención fue financiada con cargo a los fondos Proteja del año 2009, que el Gobierno andaluz puso sobre la mesa para reactivar el sector de la construcción y generar empleo. La obra costó 65.112 euros.

La segunda actuación realizada fue la construcción de un centro de recepción de visitantes, siendo la tercera la construcción de unos servicios. Estas dos actuaciones fueron sufragadas con cargo al programa de acción concertada de la Diputación, con una inversión de unos 68.000 euros.

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