Cultura

Baena revisa su pasado en su nuevo Museo Histórico y Arqueológico

  • Los restos de las épocas ibera y romana, procedentes de ricos yacimientos, protagonizan la colección del centro, ubicado en la Casa de la Tercia y que mañana abre sus puertas

Baena estrenará mañana su nuevo Museo Histórico y Arqueológico Municipal, ubicado en la Casa de la Tercia. Dividido en tres plantas y a lo largo de varias salas, el museo ofrece un recorrido cronológico por la historia de Baena, prestando especial atención a los restos arqueológicos, en especial de las épocas ibera y romana, con cabida para las piezas halladas en los ricos yacimientos de Torreparedones, Cerro del Minguillar o Cerro de los Molinillos.

Los fondos de mayor valor arqueológico e histórico del museo están representados en cinco colecciones en torno a las cuales se articula el espacio museístico: los leones iberos, los exvotos de Torreparedones, las esculturas romanas, la colección numismática ibera y romana (formada por más de 2.000 monedas) y la sala de autores y artistas locales.

La planta baja acoge las dos salas iniciales, la primera de las cuales está dedicada a la Prehistoria y los iberos. El museo expone, en alusión a la paleontología, diversos fósiles vegetales de la Era Primaria, la Secundaria (de la que son característicos los ammonites) y la Terciaria, con los bivalvos de cronología miocena como ejemplares más conocidos. Los restos materiales más antiguos del término de Baena se remontan al Paleolítico Inferior (700.000-100.000 años a. C.) y son ejemplos de las primeras industrias de artefactos asociados a la cultura de los cantos trabajados. Por otra parte, Baena cuenta con numerosos lugares de interés arqueológico donde la riqueza de la cultura ibérica ha quedado constatada. Los grandes yacimientos de Izcar, Cerro del Minguillar, Torreparedones, Cerro de los Molinillos y Torre Morana, constituyeron verdaderos núcleos urbanos amurallados. Asimismo, un papel fundamental en el mundo ibérico lo constituyó el arte, representado en el museo por una colección de esculturas zoomorfas, entre ellas el león hallado en el Cerro de los Molinillos y la leona de Ipponuba (Cerro del Minguillar). Estas esculturas felinas solían utilizarse en la decoración de las tumbas pertenecientes a las elites aristocráticas de la época.

A partir de la llegada de Roma a la Península Ibérica (218 a. C.), lo romano fue impregnando poco a poco los modos de vida y las costumbres de las tribus peninsulares, ya que, además de la integración política y administrativa del territorio en la maquinaria del estado romano, se produciría una integración de tipo cultural. En Baena, este proceso se advierte de forma especial en el yacimiento de Torreparedones, donde las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz una ciudad -posiblemente la Ituci Virtus Iulia citada por Plinio- que alcanzó la condición de colonia o municipio durante su época de mayor esplendor, en el siglo I d. C.

El foro descubierto, ubicado junto al mercado en la zona más noble de la ciudad, representa uno de los mejores ejemplos conocidos de la arquitectura romana de época imperial. La plaza estuvo decorada con grandes esculturas, de las que se conservan una thoracata o representación militar del emperador, un busto del emperador Claudio y dos representaciones (un togado y una escultura femenina) de personajes de la familia imperial.

En la planta primera, las salas cuarta y quinta continúan exhibiendo la época romana (numismática y arquitectura), y la sexta está dedicada a las exposiciones temáticas.

Las últimas salas se ubican en la planta segunda. La séptima comienza en la Antigüedad tardía, representada por diversos materiales de época visigoda (placas decoradas a molde, hebillas de cinturón y jarras cerámicas de ambiente funerario), y continúa con el periodo musulmán (las primeras noticias de Baena en la Alta Edad Media datan del año 899, con motivo de la rebelión de Omar ben Hafsun, año en el que se apoderó del lugar como paso previo a la conquista de Córdoba) y las edades Moderna y Contemporánea.

La sala octava ofrece algunos documentos fundamentales del municipio, junto a la galería de personajes de Baena. La novena acogerá exposiciones temporales.

La Casa de la Tercia es un edificio construido entre 1792 y 1795 para almacén de grano y semillas y como bodega de aceite. Estaba destinado a reunir la parte de los diezmos eclesiásticos y demás rentas correspondientes a la Corona. En el año 1841, la supresión definitiva de las rentas pagadas a la Iglesia, tras la Desamortización de Mendizábal, hizo que pasara a ser propiedad particular. Desde entonces ha tenido numerosos usos.

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