Laura Pérez Vernetti. Historietista

"España siempre ha tenido creadores de la historieta de primer nivel"

  • La autora, un referente en la novela gráfica y pionera de la entrada de la mujer en ese ámbito, imparte un taller en el festival. Ha llevado al cómic versos de Pessoa, Rilke o Maiakovski.

Hace una década que la historietista Laura Pérez Vernetti (Barcelona, 1958) empezó a interesarse por la relación que hay entre el cómic y la poesía. Fue gracias al portugués Fernando Pessoa y sus heterónimos o desdoblamientos "porque yo gráficamente tengo varias personalidades", explica. Es decir, la dibujante, que empezó en la revista El Víbora, toma un estilo de acuerdo a la personalidad literaria de cada autor.

Laura (nombre con el que firma) explica que "en la poesía gráfica el guión es el poema, por lo tanto tiene unas características totalmente diferentes" a la novela gráfica. Tras Pessoa, su siguiente álbum fue sobre Maiakovski y su tercer libro se centró en unas tiras de Ferrán Fernández. A éste le siguió Rilke, con un volumen que saldrá a la venta a finales de octubre y que ha supuesto un reto por la tendencia al hermetismo del autor checo. Entre tanto ha publicado un libro con la Fundación Cultural Generación del 27 de poetas contemporáneos españoles que se presentará en diciembre. Su último proyecto se centrará en poemas de Luis Alberto de Cuenca y se llamará Viñetas de plata. Esta semana ha transmitido sus conocimientos en Cosmopoética en un taller que se ha celebrado en la Escuela Mateo Inurria.

-¿Qué requisitos debe tener un poema para ser adaptado al cómic?

-Todos aquellos poetas que visualizan facilitan la labor del dibujante, pero hay algunos poemas más conceptuales en los que el ilustrador también puede llegar a ver secuencias. No creo que haya un límite en la adaptación de la poesía a la historieta, todo depende de que el historietista vea, visualice, la composición poética.

-¿Qué dificultades encuentra a la hora de trasladar los versos al cómic?

-Mi lectura es particular y personal porque cada lector ve algo diferente en la poesía; yo no soy imparcial a mi punto de vista como lectora. Tan difícil es lo hermético como lo excesivamente detallado en imagen porque de esta forma no se deja oportunidad al dibujante para que aporte algo más.

-¿Qué quiere aportar con sus ilustraciones?

-Siento una gran admiración por la poesía y quiero aportar la posibilidad de que artes con menos cantidad de lectores que la novela pero con un nivel tan exigente tengan acceso a un lenguaje tan moderno como el del cómic. La ventaja del tebeo, de la novela gráfica, de la poesía gráfica, es que es un arte muy joven y por lo tanto poco académico, lo que nos permite a los creadores una gran libertad expresiva sin normas académicas.

-Es decir, trabajáis mucho con la experimentación.

-Sí, y con la mirada del cineasta, el collage, los diarios, los poemas, el reportaje... Hay un abanico enorme de posibilidades narrativas escritas que se están trasladando al lenguaje de la historieta en secuencia.

-Se la considera una pionera de la entrada de la mujer en la novela gráfica. ¿Cómo fueron esos inicios? ¿Qué dificultades encontró?

-Empecé en El Víbora y tuve la suerte de que me apoyaron sus dibujantes porque el editor no era mi mejor baza. Tenía a Alfredo Pons, Max, Gallardo o Mediavilla, que exigían al editor que las páginas de Laura se publicasen porque las consideraban muy buenas. Tenía unos 22 años y luego me llegó de Francia el apoyo de Joseph-Marie Lo Duca, un escritor y guionista fundador de los Cahiers du cinéma, amigo de Fellini y Cocteau. Eso fue un gran apoyo para hacer el primer álbum en El Víbora, El toro blanco, que era de mitología y supuso una ruptura en cuanto a los temas de la revista y la editorial.

-¿Lo tienen ahora más fácil las mujeres que trabajan en novela gráfica?

-Sí, sobre todo desde que en 2015 en Angulema en el Festival de la Bande Dessinée, el más importante de Europa, hubiera una protesta por parte de las autoras francesas porque de todos los premios ninguno se había concedido a una mujer. He visto que a nivel europeo ha habido una conciencia por parte de los editores de que hay que considerar a la mujer con talento como dibujante y como guionista.

-¿Qué nivel ve en los jóvenes dibujantes españoles?

-Creo que el nivel es alto. España siempre ha sido un país de creadores de historieta muy importantes. Por ejemplo, ahora acabo de publicar en Italia El caso Maiakovski en la editorial Coconino, y hablando con muchos autores italianos ellos aseguran que tienen como referencia a autores españoles. No es chovinismo, España realmente siempre ha tenido una producción de creadores de la historieta de primer nivel, tanto mujeres como hombres.

-Sin embargo las editoriales no apuestan por ellos...

-Hemos perdido a un gran editor, Paco Camarasa, de Edicions De Ponent, que apostaba por autores españoles. La mayoría de los editores españoles apuestan por los autores franceses porque son más baratos de publicar (por ser el segundo editor que los publica), y hay pocos que apuesten por los españoles, pero los hay. El autor español tiene que buscar fuera, en Francia, Italia o EEUU. La inmigración de historietistas españoles siempre es dolorosa porque entras en un mercado cuya cultura es diferente y hay que adaptarse a otro lector, lo que es un sacrifico. Habría que defender la propia cultura de historietistas españoles, con la sensibilidad española, y no adaptarse a las demás.

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