Cultura

El Centro Botí abrirá con arte vasco y acogerá el talento joven de la provincia

  • El equipamiento, cuya obra ya ha finalizado, iniciará su andadura en los próximos meses con un enfoque multidisciplinar y con la intención de ejercer como agente dinamizador en la Judería

Casi diez años después de la primera piedra (junio de 2005), la Diputación anuncia la conclusión de las obras (prevista inicialmente para finales de 2007) en el Centro de Arte Rafael Botí, que abrirá sus puertas en los próximos meses, sin fecha fija, una vez concluya la fase de iluminación y climatización y obtenga del Ayuntamiento la licencia de ocupación. Una exposición de artistas vascos que forma parte de un intercambio con el Museo de Bellas Artes de Bilbao (la pintura cordobesa se verá allí a partir del 17 de marzo) será la primera gran propuesta de un equipamiento que ha matizado sus enfoques iniciales y que, según indicó ayer el vicepresidente primero de la institución provincial, Salvador Fuentes, quiere dar cobertura al "talento de los jóvenes creadores de la provincia".

Exposiciones, talleres y conciertos formarán la agenda fundamental de actividades del centro, que aspira, en palabras de Fuentes, a "revitalizar el pulmón cultural de Córdoba", en referencia al casco histórico y el entorno de la Mezquita-Catedral. La inversión total ha sido de 2.049.000 euros, lo que supone, según el vicepresidente tercero de la Diputación, Manuel Gutiérrez, un ahorro aproximado de 500.000 euros respecto a la previsión inicial. La música estará muy presente en la programación, destacó el delegado de Cultura de la institución, Antonio Pineda, acorde con la orientación que la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí ha adoptado en los últimos tiempos.

El edificio de la calle Manríquez, que en el subsuelo integra los restos de una muralla califal y una canalización almohade, consta de tres plantas y azotea, y desde su apuesta contemporánea manifiesta un respeto por la tradición que se observa en diversos elementos. Así lo explicó el arquitecto del Servicio de Conservación de la Diputación, Joaquín Gómez de Hita, que subrayó la presencia del patio como espacio articulador, con suelo empedrado, iluminación natural e integración floral a través de la reproducción fragmentada de un cuadro de Botí. Las salas de exposiciones protagonizan las plantas primera y segunda (en la baja hay espacios polivalentes). La azotea, con cubierta flotante, ofrece unas "vistas magníficas" y está preparada para acoger actividades culturales al aire libre, apuntó el arquitecto Juan Aparicio, director de la obra, cuya última fase arrancó el verano pasado y ha terminado antes de lo previsto.

Además de la cita exposición de artistas vascos hay otra "importante" programada para los primeros meses, según Pineda, que indicó que el centro trabajará en la proyección de los artistas cordobeses, en intercambio con otras provincias cercanas. Pretende ser un espacio dinámico que acoja "lo que dé de sí el arte cordobés, que es mucho", según Fuentes, que considera que "no tenía sentido otro museo más" en términos clásicos.

En 2002 arrancaron las catas arqueológicas en el solar, que dieron como resultado el hallazgo de los citados restos, y en 2005 unas obras que han sufrido numerosos parones. El planteamiento inicial del centro era la conservación y exhibición de los fondos artísticos de la Diputación.

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