El escritor pozoalbense Félix Ángel Moreno Ruiz vuelve a la carga con Misterio en Los Pedroches, una colección de relatos policiacos ambientados en su comarca natal que acaba de publicar el Ayuntamiento de Pozoblanco en su ya clásica colección literaria Cuadernos del Gallo. Félix Ángel Moreno, que ganó el premio Solienses con su novela Un revólver en la maleta, ambientada en la Córdoba de comienzos del siglo XX y con la que se dio a conocer, saca ahora de su escritorio a un nuevo personaje, la inspectora Julia. Natural de la localidad de Añora, ejercía como brillante investigadora en la Comisaría de la Policía Nacional de Campo Madre de Dios, en Córdoba capital, pero un desgraciado accidente laboral la deja postrada en una silla de ruedas, lo que la obliga a retirarse del servicio activo y a mudarse hasta el Centro de Atención a Personas con Discapacidad Física (Campf) que existe en Pozoblanco. Allí, vitalista por naturaleza, Julia se adapta a una nueva existencia y pronto comienzan a llegarle casos misteriosos de la vida cotidiana que ella resuelve con una intuición de sabueso que parece heredada de Miss Marple, el clásico personaje de Agatha Christie.

Moreno Ruiz reconoce en ese sentido que en su Julia habita el espíritu de la célebre investigadora británica, aunque también revolotean por los relatos de este libro otros autores y otros personajes. Uno de ellos es sin duda el autor siciliano Andrea Camilleri, de cuyo personaje Salvo Montalvano la inspectora Julia está literariamente enamorada. El escritor pozoalbense explica que "ambos están presentes en los relatos", pero también "otros muchos autores a los que rindo un humilde homenaje como G. K. Chesterton o Conan Doyle", creadores respectivamente de otros dos sabuesos clásicos: el padre Brown y Sherlock Holmes. "El lector -añade Moreno Ruiz- encontrará pequeñas referencias aquí y allá, y continuos guiños a mis escritores preferidos". Es decir, que los cuentos, en apariencia sencillos y de prosa cristalina, se leen de forma clásica sin mayor problema, aunque también esconden un juego metaliterario para los más avezados en la literatura policiaca clásica y no tan clásica.

La inspectora Julia, según sostiene su autor, es un personaje que "ha venido para quedarse" pues le ofrece múltiples posibilidades a medio plazo. "Ella es un ejemplo de superación y de que la vida, por muy torcida que se ponga, siempre ofrece pequeños alicientes", explica. Moreno Ruiz precisa al respecto que la expolicía le "permite un gran juego literario, pues se pueden continuar las aventuras tras su jubilación o se puede contar un caso cuando ella era inspectora de policía en la comisaría de Campo Madre de Dios". Todo dependerá, claro, "del favor del público y, sobre todo, de la apuesta de alguna editorial". Por lo pronto, se puede disfrutar de esta serie de diez relatos en los que esta Miss Marple pedrocheña se pasea por la comarca resolviendo asuntos como la aparición de extraños fantasmas en la casa de un anciano, el robo de un camafeo, la extraña enfermedad de un perro muy querido por su dueña o el paradero de un tesoro familiar que un hombre, asustado, escondió a buen recaudo la noche del 23-F con la mala suerte de morir poco después sin poder dar a conocer a sus allegados el escondite que ideó. Detrás de cada caso se esconden defectos pequeños y no tan pequeños que van desde los celos hasta la más pura ambición.

Félix Ángel Moreno Ruiz, que es profesor de Lengua y Literatura en un instituto de su localidad natal, avisa asimismo de que ya tiene acabada y en busca de editor una nueva novela del inspector Homero Pérez, pariente en lo literario de Hércules Poirot y protagonista de su debut, la ya referida novela Un revólver en la maleta. "Homero y su ayudante, el agente Pedro, ya han vivido otra aventura peligrosa y llena de crímenes ambientada en la Córdoba de principios del siglo XX", explica sin das más detalles el autor, que reconoce que el mundo literario es "tan proceloso" que difícil resulta aventurar cuándo se podrá ver publicada. Por lo pronto, con Misterio en Los Pedroches consigue aumentar un bagaje literario en el que ya ha transitado tanto por la novela, como por el relato corto y por el teatro, pues con su obra Pañuelos bajo la lluvia consiguió este mismo año un accésit del premio El Espectáculo Teatral. Le falta, claro, la poesía, y aunque reconoce que "algún verso me asalta en el camino", matiza que, por ahora, prefiere que "duerma en mi memoria o en una octavilla abandonada, como el arpa de Bécquer, en un rincón perdido de la casa". Lo suyo a día de hoy es otra cosa: lo negro, lo policiaco, asunto infrecuente en la literatura cordobesa y que nunca viene mal para crear lectores y para disfrutar del placer de divertirse con un libro en la mano.