Cultura

Gala pide un pacto de felicidad a la undécima promoción de su fundación

  • El poeta despide a los jóvenes con un discurso emotivo y humorístico en el que les anima a que lleven siempre el sello de la institución Afirma que ya sólo escribe para meterse con Wert

"Yo no tengo ya otra forma de felicidad que la vuestra", dijo ayer Antonio Gala a los residentes de la undécima promoción de su fundación, a los que despidió con la petición de que tengan siempre presente a la que en los últimos nueve meses ha sido su casa. Gala propuso a los jóvenes un pacto de felicidad desde su posición de "abuelo que sólo tiene un oficio: querer". Una labor que, reconoció, le resulta "relativamente cómoda" y que, considera, está llevando a cabo "bastante bien". Siete artistas plásticos, siete escritores y una investigadora de su obra han integrado el grupo de la temporada 2012/2013.

En un discurso emotivo pero con mucho humor (y menos dramatismo que en ocasiones anteriores), Gala destacó que la institución tiene ya 11 años y medio, "la edad de un perrillo" y la que tenía su recordado Troylo cuando murió. "La savia de todos los que han pasado por aquí", indicó, nutre el naranjo de más de 300 años que hay en el claustro del antiguo convento, "un árbol del amor" que representa los mejores valores de la institución. "No os vayáis (...), no me dejéis", pidió el escritor a los jóvenes como también solicitó a las anteriores promociones, "a los que se desesperaron" en los nueve meses de convivencia "y no hacían otra cosa que esperar y a los que consiguieron lo que esperaban".

"Estoy a punto de cumplir un siglo", asumió Gala, que despliega su oficio de abuelo en la observación admirada "del barro que tocáis, el hierro que embellecéis, las palabras que en cada uno tienen un sentido diferente". Pero también requirió de los jóvenes trabajo y dedicación y aclaró que el papel del abuelo implica la exigencia.

"La fundación tiene ya muchos hijos", subrayó, antes de afirmar que la preservación de su memoria entre las futuras promociones puede representar "una manera de ser un poquito inmortal". Pidió a los residentes que sean "felices cuando estén separados para contárnoslo cuando estemos juntos".

Y en mitad del discurso y en las palabras previas ante la prensa, un aviso: "Probablemente yo ya no escriba más que para meterme con Wert", el ministro de Educación, Cultura y Deporte, que le provoca "mal humor" y al que ha dedicado algunos de sus artículos en el diario El Mundo.

Gala no comparecía en el acto de despedida de las promociones desde 2010. En 2011 estuvo ausente por sus problemas de salud (Andrés Peláez leyó unas palabras en su nombre) y el año pasado la ceremonia fue suspendida por la directora de la fundación, Carmen Burgos, debido a los problemas que hubo en los días previos con unos residentes. Ayer tuvo también palabras en defensa de la cultura, sin la que "no se puede vivir". En su opinión, "cuanto más difíciles son las circunstancias, más espoleados se sienten los verdaderos creadores para trabajar".

El discurso del poeta fue el momento central de un acto que incluyó una performance literario-teatral en la que participaron los escritores y la investigadora que este curso han estado en la fundación y la inauguración de una exposición que recoge los trabajos de los artistas plásticos.

La fundación ha cerrado ya la convocatoria de la próxima temporada, abierta a creadores e investigadores de cualquier nacionalidad, con los requisitos de que hablen español y que tengan entre 18 y 25 años. Las plazas convocadas son 18 y la institución se reserva el derecho de adjudicarlas todas o sólo una parte de ellas. En las próximas semanas hará públicos los nombres de los seleccionados.

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