Cultura

Las criaturas que vuelan

Chagall en Rusia, la personalísima novela gráfica de Joann Sfar (Niza, 1971) traducida al castellano por Esther Bendahan y Fernando Vara de Rey y publicada por 451 Editores, acerca al lector a los caminos del artista verdadero, el simple, el iluminado, el melodioso. Caminos primero del pintor Marc Chagall y su extravagante troupe, y caminos también -más modestos, pero igualmente revolucionarios- del propio Sfar, que está empeñado en dar luz y más luz a la bande dessinée con la rabia y la originalidad que, en el pasado, caracterizaba a los grandes autores cinematográficos. La poética de Sfar es una poética de la espontaneidad, de la convicción en el discurso mistérico y la voz propia, y uno entiende que la elección del vanguardista Chagall, pintor de fantasías y ensoñaciones, de los mundos que no alcanza la mirada, es una declaración de intenciones y un acierto.

El Chagall de Sfar ejemplifica que no hay reto imposible para un artista verdadero: puede proteger de los cosacos a una aldea entera metiéndola dentro de su cuaderno de dibujos, puede volar desde el tejado de un granero en llamas hasta París, y aterrizar en el teatro de la ópera atraído por los ángeles de la fachada. Es enemigo del cerebro, mera máquina de palabras, fábrica de conversaciones simultáneas que cesan cuando toma el lápiz y dibuja, y brota el silencio reparador.

Estas mágicas y burlescas tribulaciones del artista bielorruso que nos regala Sfar, llenas de referencias a su obra, son una delicia incomparable, una bendición para el lector curioso. Y para el comentarista que, como es mi caso, sólo pretende señalar una lectura provechosa, no hay nada más fácil que recomendar Chagall en Rusia. Es hermoso, es sugestivo, es diferente. Un prodigio.

Joann Sfar. 451 Editores. 130 páginas, 19,50 euros

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios