España

"Las dos horitas que hemos pasado"

  • Las familias de los soldados vivieron este miércoles momentos duros tras conocer la información .

La muerte del cabo Francisco Javier Soria en Líbano cayó ayer como un mazazo sobre la base de Cerro Muriano y, sobre todo, sobre las familias de los más de 500 soldados desplazados hasta el país de los Cedros. Durante varias horas la tensión fue máxima entre quienes esperan en Córdoba el regreso de sus familiares desplazados. Hasta que se confirmó la identidad del fallecido, los grupos de whatsapp creados para mantener el contacto entre las familias echaban humo y los nervios entre los militares que permanecían en la base estaban a flor de piel.

La esposa de un suboficial destacado en la misión Libre Hidalgo comentó ayer a el Día que "ha habido muchos nervios y en apenas una hora mi teléfono tenía 975 mensajes del grupo de contacto que mantenemos". "Luego -continúa- nos han llamado de la base para decirnos que nuestros maridos y familiares estaban bien y que estuviésemos tranquilos. Pero las dos horitas que hemos pasado no nos las quita nadie". Sin embargo, no hay críticas de ningún tipo hacia la Brigada, afirma, "porque nos llaman todos los meses para ver cómo estamos y si necesitamos algo y, además, en Navidad nos mandaron una felicitación. Son muy atentos y amables", concluye.

De la situación de los soldados desplazados a Líbano eran escasas las noticias que se tenían ayer, si bien todos los que pudieron llamaron a sus casas para tranquilizar. La esposa de un oficial señaló que "me ha llamado dos segundos para decirme que estaba bien, pero que tenían mucho lío y que luego me llamaría más tranquilo". El contingente cordobés incrementó su nivel de seguridad y alerta en Líbano tras la muerte del cabo Soria y se limitaron las comunicaciones con el exterior para los soldados en las posiciones avanzadas. Sin embargo, según señaló la esposa de militar destacado en la misión "ha habido quien sí ha mandado algún mensaje a su familia para decir que estaba bien, algo que es normal y nosotras agradecemos mucho". "Lo cierto", dice esta mujer, "es que nos dijeron que la misión iba a ser tranquila, pero que no te toque esto", concluye.

En la base militar de Cerro Muriano el nerviosismo también se respiraba ayer en el ambiente después de que se conociera la noticia de que un soldado español había muerto en Líbano. Todo hacía apuntar que el fallecido pertenecía a la Brigada cordobesa. Y así se confirmó sobre las 13:50. Un compañero del cabo Soria, que lo conoce desde que ingresó en el Ejército desde el año 2004, reconoce que en un primer momento las informaciones fueron "confusas" y que fue un "palo muy duro saber que el fallecido era nuestro compañero Francisco Javier Soria". El cabo era una persona muy querida entre sus compañeros, por su "personalidad arrolladora". A pesar de ser natural de Málaga, se encontraba plenamente integrado en la sociedad cordobesa y vivía junto a su mujer, Laura, embarazada de siente meses, en el Sector Sur. En el barrio la noticia fue recibida como un jarro de agua fría entre sus vecinos.

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