La cuelga Pelayo... Así comienza la mejor historia en blanco y verde de la etapa reciente, la jugada que terminó en el gol de Uli Dávila en el Estadio de Gran Canaria y otorgando el ascenso a Primera División del Córdoba en junio de 2014. El asturiano, con el brazo maltrecho, salvaba así una temporada gris en la que acumuló un total de 24 partidos que no le sirvieron para regresar con galones al Elche. Tuvo que pasar por otra cesión en el Lugo antes de que, ya la pasada campaña, el asturiano se hiciera con un hueco en la plantilla franjiverde.

Sin embargo, como casi siempre, a Pelayo le está costando tener galones. La pasada semana se estrenó como titular en La Romareda y respondió con un doblete clave en el 1-3 al Zaragoza. Mañana, el asturiano repetirá para medirse a su ex equipo, en parte por la ausencia de Matilla, en esa posición a caballo entre el enganche y la medular. "Estoy contento porque el equipo ganó el domingo. Creo que lo hice bien y peleo por ser titular en cada partido y entrenamiento. ¿En que posición? Eso es cosa del entrenador. Me considero mediocentro con llegada. A partir de ahí, puedo ser mediapunta", comentó Noyo.

Pero el asturiano, con la experiencia de lo vivido en campañas anteriores, prefiere ser cauto sobre su rol en el Elche, pues "para lo bueno y lo malo, el fútbol no tiene memoria. Hay que pensar en positivo y tengo claro que pondré todo mi empeño y ganas de que llegue mi mejor versión".

Sobre su paso por CCF, Pelayo admitió ayer que tiene "recuerdos muy bonitos", gracias fundamentalmente al éxito final. Un objetivo que los blanquiverdes vuelven a perseguir ahora con un equipo que "tiene mucha dinamita arriba", por lo que será "un partido difícil". Y eso motiva más si cabe, ya que "ganar a equipos candidatos al ascenso, como el Córdoba, te catapulta. Puede hacer ver las cosas desde una zona alta, por lo que lo consideramos como un partido muy importante".