Carlos González desembarcó en junio de 2011 en Córdoba con las ideas muy claras tanto en el plano meramente deportivo como en el empresarial. Respecto a todo lo concerniente al balón, su patrón pasaba por llevar al equipo a la élite y convertirlo en un aspirante constante a mirar a Primera División, dejando a un lado la mediocridad perenne de la lucha por la permanencia. Luego, echando un vistazo al negocio puro y duro, su objetivo era hacer que la entidad fuera autosuficiente, por lo que para aumentar el capítulo de gastos había que hacer crecer de igual manera el de ingresos, volviendo a recuperar aquella fórmula de los años más exitosos en los que el CCF era un club vendedor. Tras cinco años y otras tantas campañas, el máximo accionista puede estar relativamente satisfecho, pues ha conseguido hacer realidad ambos sueños... aunque mantenga la espina clavada de dotar a la institución de una ciudad deportiva, algo que se encuentra a caballo entre el ocio y el negocio y que no termina de ver la luz, por muchas intentonas que haya habido hoy y en el pasado.

El modelo de club vendedor que impuso desde el primer momento González vivió hace unos días su momento culminante con el traspaso de Florin al Deportivo, con el que mañana pasará reconocimiento médico. Los más de cuatro millones de euros de la operación suponen todo un récord para la entidad cordobesista, que alcanza la decena de ventas y supera el doble dígito en recaudación con González al mando. Además, con las del rumano y Fidel este verano, la media es de dos por temporada... y una por año en forma de pelotazo. Así, en el transcurso del ejercicio 11-12 se cerró el pase de Javi Hervás al Sevilla, en la que fue la primera operación por encima del millón; luego en verano se produjo la marcha de Borja García al Real Madrid, aunque el Córdoba sólo percibió la mitad del 1,5 pactados. El mercado invernal siguiente fue el turno de Fernández al Zaragoza, aunque guardándose la mitad de sus derechos, y Patiño del Xerez a Tailandia, quedando para el verano el que hasta ahora era el registro récord: la venta de Fede Vico al Anderlecht. Con el extraño caso del canterano Sebas y el fondo de inversión que nunca pagó continuó la senda que el pasado verano protagonizaron Juan Carlos y, sobre todo, Crespo, y que ahora sigue idéntica y millonaria tónica.

Con esos números, nadie se puede atrever a dudar de la gestión económica de González, aunque ahora queda por ver cómo se gestiona la enorme pérdida de Florin a la hora de compensar el plantel actual. Por ahora, con la salida del internacional rumano y de Fidel -se marchó unos días antes al Almería dejando una compensación de medio millón-, el CCF dispone de alrededor de cinco kilos en caja con la que recomponer todo su frente ofensivo, en el que ahora mismo el único exponente es un Pineda que hace unos meses estaba con las maletas hechas para salir de El Arcángel. Tarea difícil para la dirección deportiva ante la escasez de arietes en un mercado que, eso sí, todavía tiene que moverse y mucho, y en el que hay quien ocupa un lugar preferente: Rodri. El acuerdo con el ariete soriano es prácticamente total desde hace unos días, aunque pendiente de que el futbolista resuelva su situación con el Munich 1860, que lo tiene entrenando con el equipo sub 21 al no entrar en sus planes y que tasó en 600.000 euros la compra de su carta de libertad.