Córdoba cf

Primeros esbozos de un buen bloque

  • Un gol de Luso enmienda la cantada de Razak y da al equipo de Oltra un resultado merecido en su estreno Las señas de identidad siguen intactas

Todos los comienzos son duros y, casi siempre, es imposible sacar conclusiones demasiado profundas del primer paso que uno da cuando quiere construir algo sólido y seguro. Así que el primer amistoso del verano disputado ayer por el Córdoba da para lo que da, para adivinar las primeras constantes vitales de un equipo todavía en gestación, para observar las primeras evoluciones de los recién llegados, y para constatar que las ideas de José Luis Oltra de cara a la nueva temporada irán por los mismos derroteros que la anterior. Como nunca hay dos plantillas iguales todo es matizable, pero el primer esbozo del Córdoba se parece bastante al del curso pasado. En esencia, el equipo que está construyendo Oltra en estos apenas diez días de trabajo destaca por ser -o querer ser, todo a su debido tiempo- un bloque por encima de individualidades. Algo, por otra parte, que de momento es obligado, ya que el técnico sigue a la espera de que Emilio Vega ponga en sus manos un buen puñado de hombres con peso específico para que el equipo dé ese salto de calidad que ha perdido sobre todo en ataque, después de la salida del tridente formado por Xisco, Fidel y Florin, autor de casi el 70% de los goles que el equipo blanquiverde anotó durante la temporada pasada. Esa voracidad goleadora es algo que no puede paliar el pundonor y entusiasmo de los chavales del filial, por mucho que ayer dejaran bien claro que están dispuestos a dejarse la piel por una oportunidad. Para ello habrá que acudir al mercado, siendo conscientes de que el gol cuesta dinero y que el Córdoba tiene este año, después de los traspasos realizados, la obligación de ponerlo sobre la mesa.

Las notables carencias de la plantilla, principalmente en la punta del ataque, no impidieron que ayer la imagen del conjunto blanquiverde en su debut de pretemporada fuera bastante esperanzadora. Sobre todo teniendo en cuenta que enfrente había un equipo de los de la zona noble de la Eredivisie (la Primera División holandesa) y que el Heracles Almelo lleva un mes de pretemporada, por mucho que los hombres de John Stegeman estuvieran pensando más en el choque de la fase previa de la Europa League, que la próxima semana les mide al Arouca portugués.

Oltra puso las cartas boca arriba a las primeras de cambio y presentó un sintomático 4-2-3-1. El técnico valenciano ya demostró el año pasado que no le tiembla el pulso si debe ajustar el sistema, pero en el primer ensayo veraniego colocó su dibujo predilecto. La figura de Alejandro Alfaro es crucial en él, puesto que el onubense hace a la perfección las funciones de enganche con el punta de referencia, algo que durante la temporada pasada quedaba más diluido con la dupla Xisco-Florin.

Ante un rival de superior calidad técnica y con los conceptos del fútbol holandés (manejo rápido del balón, ataque por ambas bandas, presión adelantada...) muy asimilados, el Córdoba recordó al del año pasado con su presión a partir de tres cuartos de campo y la rápida salida al ataque tras recuperación de balón. En esa función destacó Edu Ramos, un mediocentro que quizás ofrezca algo menos de equilibrio que Luso, pero que sí es capaz de realizar la transición entre defensa y ataque en apenas un par de toques. Las primeras ocasiones tuvieron color blanquiverde, con un inspirado Pedro Ríos haciendo daño por la banda derecha y demostrando su buena sintonía con Alfaro. El mediapunta onubense, que sabe bajar a la medular cuando es necesario y presentarse en el área por sorpresa, cabeceó hasta en dos ocasiones sendos buenos centros desde la derecha que no encontraron el camino del gol. Entre medias, Razak ya salvó el primer tanto del Heracles Almelo desviando un disparo a bocajarro de Gladon.

Mientras tanto, Samu y Antoñito mostraron sus cualidades como laterales ofensivos, aunque también ciertas carencias a la hora de defender. En un buen centro del zurdo llegó otra gran ocasión para Vera, que remató alto por muy poco. El punta del filial fue una de las notas positivas de una primera parte que acabó de mala manera, con una tremenda cantada de Razak que abrió el marcador introduciendo el balón en su propia portería, después de que Bel Hassani colgara un centro blandito en el saque de una falta lateral. El arquero ghanés volvió a demostrar en apenas 45 minutos que es capaz de lo mejor y de lo peor.

Al descanso, Oltra introdujo diez cambios, todos sus jugadores excepto Razak fueron relevados, quedando sin disputar minutos tan sólo los porteros Kieszek y Marc Vito, además de Domingo Cisma. En el segundo acto el Heracles Almelo dio un paso atrás en lo físico y el Córdoba gozó de más control de balón, apoyado en la calidad técnica de Borja Domínguez. Luso empató el duelo a los cuatro minutos de la reanudación gracias a un chut potente que sorprendió a Castro y el Córdoba se asentó definitivamente en el choque, siendo merecedor incluso de algo más que un simple empate.

Antes de que el lógico bajón físico diera paso a unos últimos minutos de escaso ritmo, pudieron verse buenos detalles de algunos de los recién llegados, como la habilidad en el regate de Donoso, la movilidad de Juli en todo el frente de ataque, o la contundencia defensiva que aporta Caro en el lateral derecho, puesto al que apunta como si del nuevo Stankevicius se tratara, pese a partir teóricamente como central. Un puñado de buenas sensaciones que, junto a las piezas importantes que aún deben llegar al plantel, invitan al optimismo. Eso sí, para bien o para mal, lo de ayer sólo fue el primer paso. Y quedan tantos por dar...

mercado. El excordobesista Juan Carlos se comprometió ayer para las dos próximas temporadas con el Elche, después de salir del Rayo Vallecano, por lo que volverá a El Arcángel esta temporada. Además, el centrocampista Víctor Pérez, que no cuenta en el Valladolid, suena con fuerza para el Huesca.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios