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Anduva, camina o revienta

  • El Córdoba debe ganar donde no lo ha hecho nunca para mantenerse en la pelea por el 'play off'. Medio pasillo de seguridad debe ser nuevo.

Allá por 1987, el cineasta Vicente Aranda decidió llevar al cine la vida de Eleuterio Sánchez en una cinta que reflejaba la historia tránsfuga de este integrante de una familia humilde que entró por primera vez en la cárcel por robar para comer (luego las fechorías fueron mayores, con un crimen de por medio). Era El Lute, camina o revienta, una película ambientada en la España de posguerra, en la que el ganar o morir estaba a la orden del día en muchos sitios rurales. Hoy, por suerte, las cosas han cambiado mucho, aunque la crisis que aún azota al país ofrezca imágenes semejantes. Eso sí, la teoría del tú o yo, del no hay sitio para dos, sigue estando latente en muchos escenarios. Como el que ahora (pre)ocupa al cordobesismo, al que le espera en los próximos diez días una carrera de fondo con mil y un obstáculos para conseguir el objetivo mínimo marcado: jugar el play off que ofrezca la opción de pelear por el ascenso. Para eso, tiene que ganar y esperar, pues no depende de sí mismo, al menos por ahora, por mucho enfrentamiento directo que aún salpique el calendario en estas tres fechas. Así que no toca otra que jugársela sin red en Anduva, un campo en el que nunca ha ganado y ante un rival sin objetivos, lo que puede ser bueno o malo, según se mire. Aunque eso es algo que importa poco o nada, pues da igual que se llame Elche, Mirandés o Mallorca, la victoria es la única vía posible para mantenerse en la batalla hasta el final, que se ve ya en el horizonte.

Después de ganar el sábado al Elche, y con los resultados del domingo que ya descabalgaron de la pelea al propio equipo de Miranda de Ebro, el Córdoba se quedó a un punto de la sexta posición, si bien aún en la novena plaza. Hoy, tras el inicio de la jornada ayer que prácticamente tiró de la carrera al cuadro ilicitano, la desventaja es de dos. Pero, a la espera de lo que puedan hacer mañana el Zaragoza en Huesca y el Oviedo en el Tartiere con el Leganés, una victoria hoy metería de forma momentánea al Córdoba en los puestos de play off un par de meses después. Y es que el empate del Girona en Valladolid hace que con los tres puntos, los blanquiverdes al menos mejoren un puesto en la tabla. No es mucho cuando queda tan poco, pero es lo que toca. Ganar y esperar. Matar o morir.

Y hoy toca hacerlo con medio pasillo de seguridad nuevo, en lo que puede llegar a ser un examen para la segunda unidad del equipo, esa que en los últimos meses apenas si ha tenido protagonismo más allá de ver su nombre en alguna convocatoria. Las bajas por sanción de Deivid y Caballero ya obligan a cambiar dos piezas de la columna vertebral, que podrían ser tres si finalmente el Comité de Competición -si atiende a bien a reunirse- no admite el recurso presentado por el Córdoba por la amarilla de Héctor Rodas que tambíen le acarrea castigo. El valenciano ha viajado y, si prospera la reclamación, jugará de inicio para liderar la defensa. De lo contrario, la pareja de centrales será totalmente nueva, con opciones tan dispares como meter al centro a uno o los dos laterales titulares, o confiar en un Bijimine desplazado al filial y un Rafa Gálvez al que el cuerpo técnico no ve de zaguero.

Más arriba, más de lo mismo, con Luso fijo y un interrogante en su acompañante. Queda por ver si ante el peculiar 3-3-3-1 del Mirandés Oltra apuesta por la anarquía de Markovic o se la juega con Víctor Pérez, que lleva tres meses sin rascar bola por una lesión. Sea con uno u otro, pues el resto serán los mismos, ya con Ríos como titular, al Córdoba sólo le vale ganar. Pues como El Lute, es hora de caminar o reventar.

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