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Pedro, el héroe silencioso

  • El interior regresa a El Arcángel liderando al Zaragoza como hizo en 2014 con el Córdoba camino de Primera

Pedro Sánchez por aquí, Pedro Sánchez por allá. Que vaya tela cómo está Pedro Sánchez, que si Pedro Sánchez ya tiene el pacto cerrado. No, no se asusten que no es de política de lo que va esto. Porque el buen cordobesista sabrá que el líder del PSOE no es ni mucho menos el primer -y quizás tampoco el mejor, aunque para eso hay otras tonalidades de color- Pedro Sánchez que conoció. Y, sin lugar a dudas, ni por asomo es el que antes ayudó a que conociera la felicidad en toda su magnitud. Porque Pedro Sánchez, que el domingo regresa a El Arcángel, fue el factor desequilibrante del Córdoba en su camino hacia Primera División hace un par de temporadas. Los focos fueron para Uli Dávila por su gol en el Estadio de Gran Canaria ante Las Palmas, pero el héroe silencioso de aquella gesta fue este alicantino que luego se quedó sin catar la máxima categoría por no cerrar un acuerdo de renovación que algunos dieron por sellado mucho antes de la cuenta. No cuajó, y el alicantino terminó firmando en un Zaragoza al que el pasado curso casi lleva hasta la gloria en otro tramo final notable -cayó en la final del play off precisamente en Las Palmas- y al que ahora lidera en su angosto camino hacia engancharse a la pelea por dar el salto a la élite.

Con diferencias más que evidentes, Pedro puede hacer suya aquella definición que Johan Cruyff hizo de Rául González: "no es un 10 en nada, pero es un 8 en todo". Quítenle si quieren algún punto, pero por ahí andan las cosas. Porque el interior demostró en sus dos campañas en el Córdoba, aunque sobre todo en el tramo final de la última, ser ese jugador que todo entrenador quiere tener a su lado. Comprometido, solidario, con gol, con pase, trabajador, aguerrido, polivalente... Cualidades de las que hizo gala en sus 75 partidos -y más de 5.500 minutos- como cordobesista, en los que sumó un total de 13 tantos, tras llegar procedente del Murcia y tras una carrera centrada en el club pimentonero y el Alicante. Allí se curtió para luego ganarse la vida como futbolista, saboreando la gloria con un par de ascensos, uno con los pimentoneros -de Segunda B a Segunda- y luego otro con un Córdoba que se agarró a su fe, entre otras cosas, para conseguir llegar a Primera División cuando nadie pensaba en el milagro.

Una historia que empezó a cambiar en El Molinón, con Pedro Sánchez recuperado de una lesión que lo apartó dos meses de los terrenos de juego y de nuevo con galones de titular, a los que se agarró para firmar un doblete que permitió el 1-2 ante el cuadro asturiano. A ese partido del domingo llegó el Córdoba a apenas dos puntos del descenso por los resultados producidos el sábado. Y de él salió reforzado en su moral para, desde entonces, encadenar una racha espectacular que terminó con la clasificación para la promoción en el último suspiro y la posterior fiesta en Las Palmas. Por el camino, 4 goles más de Pedro, el último el primero en el desenlace del play off en la Nueva Condomina; y un puñado de asistencias, como la que provocó el 1-2 definitivo de Raúl Bravo en el mismo feudo del Murcia. Allí fue donde el conjunto blanquiverde, liderado por el trabajo silencioso de Pedro, dio el primer paso hacia ese ascenso que el alicantino celebró como el que más, quizás sabiendo que era la última vez que disfrutaría de los colores blanquiverdes. Porque ahora su vida está en Zaragoza, con el que el domingo sufrirá la pasión de una afición que terminó por entender su valía.

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