Es el más joven del plantel. Supera por poco la decena de encuentros en Segunda División y se sigue sintiendo uno más en la plantilla del filial, con el que tiene ficha. Pero eso no le impide poner un punto de cordura, frenar la euforia que ha podido levantarse por la racha triunfal del equipo y poner los pies en el suelo para evitar sustos posteriores. "Ni antes estábamos muy mal ni ahora estamos para tirar cohetes", señaló ayer en sala de prensa Bernardo, el menor de los hermanos Cruz, que se ha convertido en un titular indiscutible para Ferrer en el centro de la zaga, formando pareja con Raúl Bravo y dejando a su hermano y Bouzón en el banco.

"Estábamos muy tranquilos en la situación anterior, que era complicada, y ahora en otra normal en que nos encontramos seguimos manteniendo esa tranquilidad que teníamos. Pienso que manteniéndonos en un estado equilibrado es como el equipo va a rendir al máximo", apuntó el zaguero, que dio una lección de saber estar a pesar de su juventud. "Si echas la mirada atrás y ves lo que has pasado y toda la mala situación que atravesó el equipo el mes anterior y ahora, con el trabajo duro y el sacrificio que ha hecho el vestuario, te encuentras con una dinámica positiva, pienso que tiene que ser un acicate para esforzarse al máximo y sacar fuerzas de donde no las haya para que no termine", indicó el cordobés, que tiene muy claro que "las rachas malas duran, por lo que ahora en la positiva todos debemos poner de nuestra parte, y cuando digo todos, digo todos, para tirar para delante e ir sumando de tres en tres hasta el final todo lo que se pueda".

Bernardo admite que "el equipo se encuentra anímicamente muy bien", pues en el vestuario no había duda de que "se dieran los resultados y la pelota nos entrase, era cuestión de tiempo. En los malos momentos hemos estado juntos y tranquilos y ahora en los buenos no hay que desviarse de esa senda". El centra, que reconoció que desde Gijón la plantilla va "día a día", insistió en que "estábamos convencidos de que lo que estaba pasando era un bache que nadie esperábamos y estábamos en una posición que no merecíamos".

De cara al choque del sábado ante el Mirandés, el joven zaguero espera a "un equipo que sabe a lo que juega, bastante equilibrado y que vendrá a chafarnos la cuarta victoria consecutiva, pero nosotros responderemos con nuestras armas y con la afición, que nos va a arropar seguro como hasta ahora". Un cuadro burgalés que, como el Córdoba, vive con cierta tranquilidad por abajo y aspira a colarse en el play off: "Es lo que tiene la Segunda este año, que está muy competitiva y muy, muy apurada, tanto si te metes arriba como si te metes abajo; ahora mismo se está abriendo una brecha por abajo más o menos, pero no te puedes fiar de ningún equipo".