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Pablo Villa es el hombre

  • El CCF quiere premiar el buen trabajo del madrileño al frente del filial poniéndolo al mando del próximo proyecto Esnáider, con un año más de contrato, no facilitará su salida del club

Pablo Villa es el hombre elegido por Carlos González para dirigir el próximo proyecto del CCF. Con el aval de su excelente trabajo en el filial, que vive inmerso en la lucha por el ascenso a Segunda B, y la ilusión que siempre ha levantado en el cordobesismo, los rectores blanquiverdes consideran que el madrileño es el técnico idóneo para coger el relevo de Esnáider. La decisión ya está tomada, aunque no se hará oficial hasta que el primer equipo no finalice su campaña mañana en Soria, si bien podría incluso retrasarse algo más por el concurso del B. Porque no hay que olvidar que el argentino tiene un año más de contrato y no facilitará su salida, sobre todo después de haber sido ratificado hace sólo dos semanas tras presentar su dimisión.

Pablo Villa siempre ha estado muy valorado en la zona noble de El Arcángel. El madrileño, icono del cordobesismo por su garra y entrega durante las cuatro campañas en las que formó parte del primer equipo (2003-07), fue repescado el pasado verano para llevar las riendas del filial blanquiverde en el grupo X de Tercera División, ya que Berges había promocionado. Era su primera gran experiencia en los banquillos, tras foguearse en las categorías inferiores del Alcorcón.

Y pese a la inexperiencia, la cosa no ha podido salir mejor. El filial ha pasado de vivir en la zona peligrosa de la tabla, su lugar habitual en las últimas temporadas, a ocupar posiciones de honor durante todo el curso, hasta clasificarse para el play off a Segunda B por primera vez en su historia. Méritos más que sobrados y que, al final, parece que han sido tenidos en cuenta por el comité deportivo que lidera González.

La idea es recuperar la ilusión entre la afición y reconstruir un proyecto con gran implicación de la cantera. Ambos pájaros se matan de un tiro con Pablo Villa. Su honradez y profesionalidad no se pone en duda en ningún sector del cordobesismo, así como su conocimiento a la hora de implicar y convencer a un vestuario de todo lo que se puede conseguir con el trabajo como base.

Con la idea de montar un plantel con 18 profesionales para dejar sitio a los mejores del filial, la mano de Villa se antoja clave. Durante toda la temporada él ha sido el encargado de elegir a los jugadores que subían a ejercitarse con el primer equipo. Es más, hasta el club le encomendó tiempo atrás hacer un seguimiento de los cedidos para valorar las posibilidades de tener sitio en el equipo el próximo ejercicio. Ahora parece que eso cobra sentido.

Aunque no siempre así, si bien la idea de dar el timón al madrileño es una vuelta al pasado. Por medio ha habido otras historias. González manifestó en más de una ocasión que sus entrenadores procederían de la cantera, pero varió el guión de forma brusca cuando se eligió a Esnáider para ocupar el hueco dejado por Berges. El ideal se rompía al no haber funcionado la apuesta según lo esperado. Es más, parecía roto. Y es que en plena frustración por la mala imagen -y resultados- dados por el equipo con el argentino al mando, se negoció de forma directa con entrenadores del nivel de Anquela u Oltra. Ninguno convenció. El que sí lo ha hecho es Pablo Villa. Suyo es el futuro.

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