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Enamora a tu pareja cada día

Es tremendo saber que mientras en el mundo por desarrollar, las dos causas principales de sufrimiento son la guerra y el hambre, en el mundo desarrollado esas causas de sufrimiento sean el trabajo y la pareja.

Hoy no quiero hablar del trabajo, porque realmente da para mucho; hoy quisiera enfocarme en la otra causa de sufrimiento, la pareja. A veces, cuando me reúno con parejas y me explican su situación, observo que uno de los problemas mas frecuentes que encuentro es que esa llama de amor que un día existió se fue apagando hasta no quedar prácticamente nada mas que un resquicio de recuerdo de ese fuego que en su momento hubo.

Debemos saber que una relación pasa por tres etapas perfectamente definidas en su proceso. La primera etapa es la del enamoramiento. Es ese tiempo cuando parecemos haber encontrado el amor de nuestra vida, cuando todo se torna de color de rosa y cuando incluso sacamos fuerzas de donde no existen para hacer cosas con y por la otra persona. Es cuando la princesa y el príncipe existen y cuando nos preguntamos: ¿Dónde estabas todos estos años? Pero sabemos que esto pasa transcurridos dos o tres años de convivencia. Es aquí donde entramos en una etapa clave en la relación, es la que llamo la guerra de los egos. Es esa etapa en la que ambas partes tratan de imponer su criterio sin importar demasiado lo que piensa la otra parte. Es cuando descubrimos que al principito "se le caen los leotardos" y el lunarcito de la princesita es una verruga no tan hermosa. Es la etapa crucial en la que debemos de aprender a dar y a doblegar nuestro orgullo, es el momento clave para que impere el amor y no el querer.

Es fácil decir te quiero, porque querer es poseer, es desear para mí y no para otra persona. Es "te rasco porque me rascas". Pero es difícil decir te amo, porque amar implica dar sin esperar y sin necesitar.

Pasada esta etapa, que suele durar entre 6 a 8 años de convivencia, entraríamos en la etapa del verdadero amor.

Hace años escuche la mayor declaración de amor que he escuchado en mi vida. El señor, de unos 70 años, le dijo a su compañera: "No te necesito para nada, pero quiero estar contigo el resto de mi vida".

Pensé, eso sí es amor, no necesitar sino desear. Estarás conmigo en que no es lo mismo tener que estar, o necesitar a alguien que desear estar con esa persona, sabiendo que en realidad no la necesito, pero lo deseo… Eso sí es amor.

Hoy vivimos en un mundo competitivo, en todos los sentidos, incluso en el mundo de las relaciones, por lo que realmente estamos expuestos a ser conquistados una y otra vez por otras personas que, consciente o inconscientemente, van a tratar de seducirnos y también a nuestras parejas.

Más del 65% de las parejas, se separan antes de los tres años de convivencia y en un 80% ya existía otra persona.

El dato es demoledor, pero me lleva a reflexionar sobre las preguntas: ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo para enamorar a tu pareja?, ¿cuándo fue la última sorpresa que preparaste como cuando erais novios recién conocidos?

Lo peor no es que no lo estés haciendo… Lo peor es que alguien lo puede hacer por ti.

Comparo esta situación al mundo empresarial y me pregunto: ¿Cuándo fue la última vez que hice algo para enamorar a mi cliente? ¿Cómo estoy sorprendiéndolo? Y al igual que en la pareja, si no lo hago yo… otra empresa lo hará por mí.

Piensa en esto, pues ¡TÚ eres el único responsable de tus resultados!, por lo que quizá hoy sea un buen día para plantearte como volver a enamorar a tu pareja.

No esperes a mañana. Mañana es el peor día donde se puede vivir.

Como siempre, quiero dejarte con estas preguntas para reflexionar: ¿Qué estás haciendo hoy para enamorar a tu pareja?, ¿qué puedes hacer hoy por tu pareja para que vuelva a sentir que tú fuiste lo mejor que le ocurrió?

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